El organigrama de la Junta de Castilla y León en las provincias se reforzará con la creación de la figura del jefe de departamento de cada consejería, técnico de nivel A de libre designación y de refuerzo del delegado territorial, que supondrá al menos 90 altos cargos más en la Administración. La vicepresidenta primera de la Junta de Castilla y León, María Jesús Ruiz, anunció ayer a los periodistas la creación de esta figura, que estará entre el delegado territorial y los actuales jefes de servicio de cada consejería en cada una de las nueve provincias de la comunidad.

En función de cada consejería, se estudiará el número de jefes de departamento que necesitará este nuevo organigrama, aunque al menos serán uno por cada entidad y provincia, lo que suman unos noventa altos cargos más, “los que hagan falta”, reconoció Ruiz.

Estos jefes de departamento coordinarán las distintas áreas de acción de las distintas consejerías de la Junta en cada provincia, aunque, según explicaron fuentes de la vicepresidencia de la Junta, aún no están perfiladas sus competencias y diferencias con los actuales jefes de servicio, también altos cargos y de libre designación.

Actualmente, en cada provincia la Junta cuenta con un delegado territorial, diez jefes de servicio –uno por consejería– y los correspondientes jefes de sección que dependen de los anteriores.

Ruiz explicó, en rueda de prensa posterior a su reunión ayer en Valladolid con los nueve delegados territoriales de la Junta, que esta novedad se enmarca dentro de la política de coordinación auspiciada por el presidente del Ejecutivo, Juan Vicente Herrera.

La asunción de nuevas competencias por parte de la Junta de Castilla y León precisaba de nuevos instrumentos de control y coordinación y desarrollo eficaz de su labor, arguyó la vicepresidenta primera del Ejecutivo autonómico.