El luchador de Villarmún marcó una época y fue un excelente deportista

Fulgencio Fernández Villafañe
La vida comunal de Redipollos, en la Montaña leonesa, pasa en buena parte por las ganas de participar que siempre tiene un vecino de la Ribera, que se casó y afincó allí, Bernardo Álvarez, un tipo discreto, anónimo, colaborador, generoso que, sin embargo, es una de las glorias de nuestro deporte, bien es cierto que defendiendo los colores de otro pueblo, el suyo de nacimiento, Villarmún. Allí es recordado con mucho cariño, el mismo que le profesan todos los aficionados de la lucha leonesa pues fue uno de los mejores luchadores de todos los tiempos y uno de los tipos más nobles que saltó a un corro. Es ‘Nardi’ el de Villarmún.
La Liga de Verano de Lucha Leonesa retoma este fin de semana la actividad y lo hace visitando Villafañe (hoy, a las cinco de la tarde). A la hora de buscar a un histórico de esta comarca, para recordar el arraigo de la lucha en esta tierra, es inevitable mirar hacia Bernardo. Hay más, como Manuel Gallego Coca, Balbino Ibán o el mismo Flavio de la Puente, pero nadie duda que Nardi marcó una época en este deporte.
Camas rotas
Bernardo nació en Villarmún hace 59 años y es luchador desde niño. “Salía de la escuela y me agarraba al cinto, es lo que había. Hasta en la cama, con mi hermano, nos agarrábamos ¡Cuántas camas habremos roto!, hasta que bajaba mi padre con el cinto y paraba aquella fiesta”.
Como tantos chavales comenzó a salir por los corros del contorno de su pueblo y comprobó que se le daba muy bien. Ganó en Quintana de Rueda siendo casi un niño y con 16 años ya se llevó el primer corro senior en Gradefes. No se le olvida. “Tiré en la final a Avelino Blanco, de Taranilla, que era buena gente, me animó, me dijó que iba a ser campeón, que siguiera”.
Y acertó, claro que acertó.