El fútbol es un deporte cada vez más clasista. Con grandes desequilibrios. Con clubes poderosos y otros con recursos muy limitados, incluso en la Champions, la gran pasarela europea. El Barça, representante de la clase más noble, recibe hoy (20.45, FORTA) al nada glamouroso Viktoria Plzen.

Las diferencias entre ambos clubes son abismales. El Barça, con un presupuesto de 461 millones de euros, ha ganado 4 Champions, 4 Recopas, 3 Copas de Ferias y 4 Supercopas en Europa. El Viktoria Pilsen, con tres millones y medio de presupuesto (espera ingresar el triple por participar en la Champions), no ha conquista-donada. Y, en la República Checa, su currículo es discreto: una Liga (2011) y dos Copas, por 21 Ligas y 25 Copas del Barça.

“Tenemos muchos problemas cuando se desprecia a los equipos, como el Rubin Kazan, que no conocemos”, dijo ayer Pep Guardiola, técnico del Barça. “Ellos son el mejor equipo del mundo y será complicado ganar”, asumió Pavel Vrba, entrenador del Viktoria.

Messi, la estrella del Barça, es el mejor jugador del mundo. Lo admite, incluso, Cristiano Ronaldo, referente del Real Madrid. “Yo no tengo retos con Ronaldo”, dijo ayer el delante ro del Barça, que gana 10,5 millones de euros por temporada y sus ingresos por mercadotecnia superan, sobradamente, las ganancias de Pavel Horvath, actual icono del Viktoria y futbolista nada mediático.

Horvath

Horvath no genera debates en Europa. Messi, continuamente. ¿El actual es su mejor momento?, le preguntaron al astro argentino, tras seis meses sin comparecer ante los medios. “Qué sé yo. Cada año dicen lo mismo”, comentó Messi.

Guardiola, más analítico, alabó la capacidad “camaleónica” del Barça para reinventarse, “pero la idea conceptual es la misma”, matizó el técnico, que no ha convocado a Cesc Fàbregas. Y proclamó su felicidad cuando le recordaron su buen cartel en toda Europa: “Nada es comparable con el reconocimiento de la gente de casa, la satisfacción de dirigir a este club y la admiración que generamos en todo el mundo”.