Matute: “La literatura me ha dado la plenitud de ser yo”
La escritora recibe a ADN en su casa semanas después de ganar el Premio Cervantes
Ana Maria Matute.
Jordi Soteras
Ana María Matute es un universo único, también su literatura. A ese universo invitó a ADN unas semanas después de ser galardonada con uno de los premios más importantes de la literatura española, el Cervantes: “Los tengo muy importantes, pero este lo es más”.
Está contenta, “tú dirás”, pero le preocupa, sólo un poco, cómo saldrá del enredo del 23 de abril, el Día del Libro, cuando tenga que leer su discurso de aceptación del premio. “Prefiero hacer cinco cuentos que un discurso”, confiesa la autora. Pero ese es un tema que abordará más adelante porque ahora tiene una biblioteca, la suya, por organizar.
Los libros rebosan en una salita y esperan su lugar tras unas pequeñas reformas en el sobreático de Barcelona.Ediciones Destino ha publicado La puerta de la luna, sus cuentos completos. Un repaso a la obra y a la vida azarosa de una autora singular que empezó a escribir a los cinco años y que ha vivido por y para una literatura, “que me ha dado la plenitud de ser yo, de expresarme en la mejor manera que sé”.
“He aprendido de la vida”
¿Y aquellos primeros años, cuando publicó su primer cuento en la revista Destino? “Recuerdo que me avisaron de que salía un cuento mío, que había escrito a los 15 años, El chico de al lado, que era malísimo, y fui corriendo hasta la esquina de casa, donde había un quiosco. Luego, con 17 años escribiría Pequeño teatro, publicada años después.
Desde entonces, y hasta sus 85 años, han cambiado muchas cosas. “Si no hubiera cambiado, malo. He evolucionado, he aprendido mucho tanto de la vida como de los libros“, afirma la escritora, que reconoce haber aprendido “a vivir, aunque en eso nunca se acaba de aprender”.
La puerta de la luna recoge cuentos y artículos de Matute desde los años cincuenta y hasta 1998. En muchos los niños son protagonistas, como en algunas de sus novelas, pero la autora rechaza el tópico de que los suyos sean unos niños tristes o crueles: “Unas veces sí, otras no, hay de todo. Y no siempre son niños, que parece que me han colocado a mí ese sambenito”, y en muchos casos “son cuentos sobre niños, para padres, para que aprendan”.
De Rusia a la novela negra
En cuanto a filiaciones, la académica de la RAE -ocupa la letra K- se reconoce en deuda con los autores rusos. “Empecé a leer novela seria con Los hermanos Karamázov, [de Fiodor Dostoyevski], con [Anton] Chejov y Guerra y paz, de [Leon] Tolstoi. Otro libro que me marcó fue Cumbres borrascosas, de Emily Brontë; y Charles Dickens, en Casa desolada tiene una comida con un diácono que me caían las lágrimas de risa leyéndolo y sin embargo es tan pesimista”. Por eso, “cuando dicen que mis libros son duros y pesimistas, pienso “echa un ojo a la literatura y verás'”.
Pero ahora Matutese ha enfrascado en la novela negra que ha redescubierto con Henning Mankell, Michael Connelly, Elisabeth George o Donna Leon. “Al que tengo para leer aún es al de Millenium. Habrá que descubrirlo”. La autora prepara un nuevo libro, del que no hablará hasta que esté listo. Pero sí explica cómo escribe: “Con música clásica y con una máquina eléctrica porque corrijo sobre papel y el ordenador no me sirve”. Más allá de la parte práctica, la autora reconoce que “un libro nace de las cosas más insospechadas, de una frase que luego te hace pensar…”. ¿Y si pudiera ser un personaje de novela? “Querría ser el Rey Arturo”.
Los básicos
Con unas 15 novelas y casi una treintena de libros de cuentos, Ana María Matute es una de las más geniales autoras españolas de este siglo.
1. Pequeño teatro. Premio Planeta en 1954, la obra que Matute escribió con sólo 17 años se construye en torno a un adolescente y los personajes que se mueven alrededor, como marionetas que actúan en un teatrillo.
2. Primera memoria. Ganadora del premio Nadal en 1959, es una de las obras más elogiadas de Matute que narra el paso hacia la adolescencia de Matia y Borja, en el contexto de la Guerra Civil española.
3. Historias de la artámila. Matute reúne aquí 22 relatos sobre la crueldad de los humanos, el universo de los niños, experiencias dolorosas, relatos sobre la esperanza y anécdotas.
4. Olvidado rey gudú. Publicada en 1996 es una de sus obras más extensas y ambiciosas. Está considerada la obra maestra de la autora y en ella aborda el mundo medieval, que mezcla con lo fantástico de los relatos de caballerías y cuentos de hadas.
5. Paraíso inhabitado. Su última novela (2008), publicada tras ‘Aranmanoth’ narra la historia de Adriana y el paraíso que inventa cuando su familia se rompe y que mantiene hasta que empieza a acudir al colegio.
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