Mariscal repasa los hitos de su obra en la Pedrera
Javier Mariscal, ayer en la Pedrera, con algunos de los carteles que se han creado desde su estudio.
Jordi Soteras
Artista, diseñador y empresario, Javier Mariscal es parte inseparable de la simbología de Barcelona.
Por eso, había pocos enclaves mejores que la Pedrera -uno de los edificios emblema de la ciudad ideado por otro creador ilustre, Antoni Gaudí- para acoger la retrospectiva de los 40 años de su carrera que se inaugura hoy. Aunque, como el propio Mariscal contó ayer, los años importantes son las dos décadas de su estudio y su equipo.
El arte de Mariscal está ligado a su faceta comercial. De hecho, el diseñador definió en rueda de prensa la labor de su estudio así: “No hacemos arte, hacemos dinero. Aplicamos las artes plásticas en el diseño”.
En este aspecto, la exposición Mariscal a la Pedrera -que permanecerá abierta hasta el 30 de enero de 2011- recoge tanto muebles imposibles (el sillón Alessandra, el carrito Hilton, etc.) como las portadas que ideó para publicaciones como The New Yorker, El País Semanal o bolsas de la compra, carteles y diseños para multitud de marcas.
Cobi y Petra
Otro tema recurrente en la exposición es Cobi, la popular mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, que dio fama internacional a su creador. “Fue el típico hijo que te da muchas alegrías”, afirmó, aunque también aseguró que no le echa de menos y que fue una suerte despedirle en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos.
Mariscal también recordó a otra de sus creaciones olímpicas, Petra, y dejó claro que no fue por su voluntad que la fama de ese icono no se equipare a la de Cobi. “Pese a que Barcelona 92 fue la primera vez en la que los juegos paraolímpicos se organizaron de la misma forma y con todas las garantías que los olímpicos, las empresas no creyeron en Petra y no invirtieron en sus licencias”, recordó.
Sin embargo, no todo en la exposición es un repaso a lo ya hecho. La muestra recoge algunos materiales del largometraje de animación Chico & Rita, trabajo del diseñador valenciano y Fernando Trueba. “Son los 90 minutos más bonitos que habréis visto en vuestra vida”, afirmó Mariscal.
La película está ambientada en La Habana y Nueva York de los años cuarenta y narra una historia de amor entre un pianista cubano que sueña con hacerse un hueco en el mundo del jazz y una cantante de voz fascinante. El filme aún no tiene fecha de estreno en España.
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