Un madrileño nostálgico puede ser una gran fuente de inspiración. Así le ocurrió a Eloy Parra, que desde hace años vive en Estados Unidos. Una tarde de morriña quiso saber qué tiempo haría en Madrid. Y encontró los datos de nueve poblaciones. Ninguna en España.

Así que Eloy se lanzó con su amigo Carlos de Pedro y una cámara a conocer las tocallas de su ciudad natal.

El primer destino: Iowa. En este antiguo pueblo minero -actualmente ciudad dormitorio- el recibimiento fue por todo lo alto. “El alcalde hasta nos entregó las llaves de la ciudad, y salimos en la portada del periódico local”, relata Eloy. Ellos, por su parte, invitaron al regidor a un cocido castizo y se marcharon con las sobras en un tupper.

El Madrid de Nebraska es un lugar muy tranquilo de menos de 300 habitantes, bautizado en honor al paralelo geográfico que comparte con la capital española. La econonomía local la mueve una planta de etanol y varias granjas de vacas, que le aportan al paisaje rural un nauseabundo olor, “que ellos ya no lo notan”.

Dos familias y un hombre soltero son los gatos de Madrid, Colorado. Eloy explica que incluso les costó encontrar este pueblo fantasma, situado en un paraje como de película de terror: el condado de las Ánimas, en el valle del río Purgatorio.

El Madrid de Nuevo México fue minero y también abandonado, pero rehabilitado por un grupo de hippies, artistas y almas perdidas en los ’70. Ahora es una comunidad de 400 personas, que ellos definen como “tierra de libertad” por el ambiente y la independencia administrativa que disfrutan.

Hizo falta un segundo viaje para terminar la lista. Y sus cinco paradas tampoco defraudaron. El Madrid de Kentucky es “un meandro con 17 personas que se dedican a cultivar árboles de Navidad”. Y el de Alabama es un tributo americano a nuestra ciudad, pero mucho más pequeña: de 5 km2. Maine, New York y Virginia cerraron la expedición. “Queremos hacer un road doc con todas esas horas de rodaje”, explican los aventureros.

OTROS MADRID

 Aunque quizá el retrato de todos los Madrid sea un cometido más laborioso. Las 24 localidades que comparten nombre con la capital están dispersas por el planeta. Desde una pedanía de la legendaria Samarcanda, en Uzbekistán, a una ciudad azucarera de Cuba. Al Madrid de Colombia, entre manglares, sólo se llega en barca. En Puerto Rico es una pequeña aldea, mientras que Argentina ofrece una versión femenina: La Madrid. Y hasta Sudáfrica tiene un Madrid. Raúl C. Cancio se encargó de reunirlos en Madrid, Iowa, una guía de viaje en la que trabajó cinco años. “Recorrerlos con una cámara sería mi sueño” reconoció en una entrevista. Eloy Parra y Carlos de Pedro están en ello.