Los sin hogar dificultan la limpieza de Centro, según Ana Botella
La edil incluye a los indigentes entre los “factores añadidos” a la suciedad, junto al grafiti o el botellón
Un barrendero junto a un indigente en la Gran Vía
Sylvain Cherkaoui
“Yo le saludo todos los días y no tengo ningún problema. Nos respetamos el uno al otro”. Un barrendero comentaba así su relación con un indigente con el que se cruza cada día en la Gran Vía.Para los barrenderos son algo más que compañeros de acera. Según señaló ayer la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, los “sin hogar” dificultan entre otras cosas la limpieza del distrito Centro.
Lo valoró así en la comisión del área que dirige en respuesta a una pregunta de Raquel López, edil de IU. La formación le mostraba unas fotografías de calles tras la Gran Vía, fuera de la visita turística, como Leganitos, Pez y Luna. “Los 60 puntos donde pernoctan 200 personas son una dificultada añadida”, señaló ayer Botella.
La dificultad no parece medir más del metro que ocupa un indigente sentado o los dos metros si están tumbados. Los barrenderos pasan el cepillo cerca, pero no tanto como para suponer una falta de respeto hacia los indigentes. Mientras, en la calle del Pez, se pueden ver los contenedores de reciclaje desbordados sin indigentes alrededor.
Junto a los sin hogar, Botella se refirió a los graffiteros, el botellón, la mayor presencia del turismo y la densidad del ocio nocturno.
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