Estos primeros días de legislatura, los diputados de Amaiur y UPyD, pese a estar en las antípodas, comparten un instinto grupal tan fuerte que se les ve incapaces de disgregarse, salvo si es para ir al servicio.

Al dejar el hemiciclo, si se interponen otras señorías entre ellos, Maite Ariztegui, Jon Iñarritu e Iker Urbina esperan en la puerta a Mikel Errekondo e Iñaki Antigüedad para continuar juntos como una piña su desplazamiento. Lo mismo hacen Carlos Martínez Gorriarán, Álvaro Anchuelo y Toni Cantó, que siguen a Rosa Díez y, con el interés de pupilos, no se pierden sus ruedas de prensa. Irene Lozano, también de UPyD, es la única debutante que mueve con independencia por el Congreso. A su compañero Cantó, los diputados más corporativistas lo han recibido con hostilidad. “Se pellizca y no se lo cree” y “está absolutamente perdido” son algunos de los comentarios que le dedican off the record quienes creen que político no puede ser cualquiera.