Libros 2033
La puerta pintada
Carlos Aurensanz. Ediciones B. 19 euros.
Misterios que encierran misterios. En Tudela (en la novela, Puente Real) se suceden varios crímenes a mediados del siglo XX. De fondo, la Guerra Civil y sus secuelas. Y la eterna sombra de la catedral en este thriller inquietante.
La furia
Gene Kerrigan. Sajalín. 22 euros
En un Dublín golpeado por el estallido de la burbuja inmobiliaria los delincuentes encuentran un escenario idóneo para obtener su botín. Es el caso de Vincent Naylor, que tras salir de prisión planea un golpe importante. Con ciega violencia se va abriendo camino, mientras el policía Bob Tadey investiga dos asesinatos y se entrecruzan los destinos de varios hampones, un abogado con pocos escrúpulos, algún testigo… En esta novela, en la que pugna por asomar el coraje tras un manto de desesperanza, fascina el vigoroso estilo del autor, periodista de investigación, cuyo intenso ritmo cincela un retrato trepidante y certero.
Demasiados cocineros
Rex Stout. Navona. 13,50 euros
Para el detective Nero Wolfe, un gourmet renuente a alejarse de Nueva York, la invitación para asistir a una reunión gastronómica de Les Quince Maîtres en un lujoso balneario de Virginia es tan tentadora que decide aceptar. Pero un grave contratiempo se interpone en el punto de encuentro: uno de los cocineros es asesinado. Y Wolfe, con la paciente compañía de su ayudante, Archie Goodwin, entra en escena para ayudar a resolver el caso con sus perspicaces, e incomprendidas, observaciones. Todo, entre un sinfín de ironías, frases ingeniosas, descripciones culinarias y una mundanidad distante. Quizá esto último permita explicar la caprichosa recompensa que obtiene el protagonista por sus servicios.
Y todo a media luz
Maurizio de Giovanni. Lumen. 19,90 euros
Nueva entrega de las andanzas del comisario Ricciardi en el Nápoles de los años 30. En esta ocasión, la primavera se ve sobresaltada por el asesinato de una joven y bella prostituta, Rosaria. Las pesquisas del comisario y su ayudante, Maione, son un pretexto para mostrar con sutileza los pliegues de una sociedad atenazada por el fascismo. Ricciardi, ético y cabal, un hombre de “ojos verdes clavados en el vacío”, se conduce con rara sensibilidad y afronta la investigación con inquebrantable sentido del deber. Tan extrema profesionalidad tal vez sea lo que le impide entregarse al amor que le profesan dos mujeres. Porque él –como algún personaje de este relato, como la ciudad misma– emana melancolía. Pero es esa una sustancia tan literaria…
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