Un robo de 850 jamones ibéricos se perpetró en la madrugada del lunes en una fábrica de Ledrada. El botín se estima en 200.000 euros (33 millones de pesetas), según fuentes de la Guardia Civil.

La empresa, que pertenece a Justo Martín, un empresario de Guijuelo con propiedades en Ledrada, está ubicada en las cercanías de la iglesia parroquial y limita con la residencia de ancianos. La fachada posterior del edificio da a campo abierto, una circunstancia que aprovecharon los delincuentes para realizar su fechoría.

Según han constatado los vecinos más próximos al almacén de jamones, así como los dueńos de los prados que lindan con la factoría, los autores del hecho entraron por la puerta a la finca que da al camino del cementerio y, posteriormente, tiraron una pared de piedra y entraron en el segundo prado. Allí hay una valla de alambre que separa el terreno de la fábrica, y en ella han aparecido dos agujeros por los que puede pasar una persona. Debajo de los huecos se encontraron también tomizas jamoneras, así como alpacas de paja al lado de una de las paredes de la parcela.

Además, otros vecinos comprobaron que las puertas grandes de la fábrica estaban abiertas a las seis y media de la madrugada. No es el primer robo que se produce en este lugar ya que, hace tres ańos, robaron 100 jamones ibéricos de bellota a un industrial ledradense que alquiló los locales. Además, también sospechan que el robo se produjo por la puerta de atrás y con un rastro de perniles esparcido por el prado, fruto, según los propietarios, de una huida rápida. En aquella ocasión los cacos sustrajeron una furgoneta aparcada en la calle que más tarde apareció en otro pueblo de la comarca.