Las filtraciones ‘dinamitan’ de nuevo la investigación
El piloto de la comisión encargada de aclarar el accidente de Spanair dimite indignado con las informaciones aparecidas hasta ahora en la prensa
Europa Press Madrid
El único piloto vocal en la Comisión de Investigación (Ciaiac), Valentín Villarroel, presentó ayer su dimisión a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, por su malestar ante las filtraciones a la prensa del borrador del informe preliminar de los documentos relativos al accidente del avión de Spanair en Barajas.
Esta retirada se suma a la de los dos peritos del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (Copac), que rechazaron el miércoles seguir colaborando en las investigaciones por la facilidad con la que los medios conseguían informaciones sobre sus trabajos.
“En la Ciaiac hemos fracasado en nuestra misión: promover la seguridad en el transporte aéreo y evitar la alarma social producida por los accidentes”, recalcó Villarroel, quien consideró que las consecuencias son el “descrédito de la Dirección General de Aviación Civil como garante de la seguridad y los daños irreparables de toda índole a Spanair”.
“Un organismo del Estado como la Ciaiac ha sido utilizado para pervertir sus fines generando desconfianza en lugar de promover la seguridad. Esta es la triste despedida de un piloto comercial veterano que expresa su tristeza y frustración por no poder haber impedido este sin sentido, falta de rigor e independencia”, precisó.
En una carta, Villarroel aseguró que su dimisión “pretende impedir el aprovechamiento ilícito que pudiera derivarse de la continuidad y ratificación del borrador”. De hecho, se extrañó de que él no se tenga en cuenta el test Flight Operations Support realizada por Boeing a Spanair entre el 5 de y el 14 de noviembre de 2007, que calificó de “excelentes” los procedimientos desarrollados y el grado de cumplimiento por sus tripulaciones. En consecuencia, puso en duda la fiabilidad de los resultados del Comité, añadiendo que se había hecho el trabajo “demasiado pronto”. El miembro de la Asociación Española de Pilotos (AEP), que obtuvo el respaldo público de sus colegas, sostuvo que no tuvo “nada que ver” en el borrador, del que tuvo conocimiento a través de la prensa y, por ello, aseguró “discrepar profundamente no solamente de la forma, sino del contenido, argumentaciones, y recomendaciones del mismo”.
“No es aceptable que no se tomen las medidas de seguridad indispensables para evitar filtraciones tal y como requiere la Ley de Seguridad Aérea en su artículo 16. Tampoco es aceptable, que el equipo gestor de la Comisión haya promovido una distribución selectiva entre su equipo interno de investigación y promulgado un texto que no refleja fielmente las evidencias y hechos constatados, sino que divaga en suposiciones consecuencia de la interpretación de los manuales y no de los hechos”, recalcó Villarroel en su misiva.
Por otro lado, el vocal de AEP estimó que en la redacción del borrador se emiten las “causas latentes” que pudieron ocasionar la tragedia, que sí están “bien documentadas” en el informe del accidente de 1987 en Detroit, centrándose “exclusivamente en cargar las tintas en la consideración por el operador de una recomendación de cumplimiento de un procedimiento”.
Por último, recordó durante su intervención ante los numerosos medios de comunicación que se dieron cita en la rueda de prensa celebrada ayer, que no es posible saber si los pilotos realizaron la prueba de la alarma del despegue porque, teniendo en cuenta que la tripulación tenía que realizar una larga escala en Barajas antes del vuelo y abandonar el avión para descansar en la oficina de firmas, podrían haber realizado una verificación completa y ésta también procedía después de la tarea de mantenimiento de acuerdo con los procedimientos de Spanair.
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