La villa ducal fue una fiesta
Toros de Domingo Hernández, los tres primeros, terciados, sospechosos de pitones y sin chispa; los tres últimos, de El Pilar, con más caja, con parecida cornamenta a la de los anteriores, y dejándose en el mejor de los casos.
JUAN DIEGO: estocada (dos orejas); hondo que escupe, estocada corta tendida que produce abundante vómito (ovación y saludos).
JAVIER VALVERDE: estocada (dos orejas); pinchazo perpendicular, estocada perdiendo la muleta (oreja).
EDUARDO GALLO: corta desprendida, rueda de peones (dos orejas y petición de rabo); pinchazo, media tendida, descabello, se echa el toro (vuelta). Inauguración de la Plaza de Toros Ducal. No hay billetes .
Fiesta por todo lo alto ayer en Alba de Tormes. Era previsible y, también, justificado que cundiera el entusiasmo, la magnanimidad y la prodigalidad en todo; en aplausos, en ovaciones, en orejas, en bronca a la presidencia por no conceder un rabo a Eduardo Gallo. No era día para andar escatimando en nada y así se hizo, de manera que encantados de la vida, que es de lo que se trata si bien se mira.
Todo el mundo haciéndose lenguas de la nueva plaza, de nombre Ducal, recién estrenada con un cartel esencialmente salmantino, para mayor gloria de la región. Todo el mundo haciéndose lenguas, con sus más y sus menos, porque al salir me encontré con una seria aficionada que tenía reproches para el arquitecto, sin ir más lejos.
Me dijo que en las gradas, salvo en el balconcillo, todo el mundo tuvo que estar de pie porque la visibilidad era más que discutible. Estaba incomodada, desde luego, y con razón, ya que se estuvo incómoda toda la santa tarde, y menos mal que en dos horas justas se despachó el asunto. A las 17.28 horas se hacía el primer paseíllo. A las 17.31 horas aparecía en el ruedo Descompuesto , del hierro de Domingo Hernández, marcado con el número 19, negro de capa, bizco y con 490 kilos de peso. A las 17.33 horas, primer capotazo, a cargo del director de lidia, Juan Diego, vestido de barquillo y oro. A las 17.34 horas se estrena la suerte de varas con un picotazo y la huida del toro a renglón seguido. A las 17.35 horas, primer par de banderillas y a las 17.37 horas, primer brindis y comienzo de la primera faena de muleta, que finaliza con la muerte del primer toro que pisa este redondel, a las 17.42 horas.
DETALLES A lo mejor esto es un rollete de agárrate y no te menees, pero no tengo la menor duda de que hay gente a quien estos datos, en fechas seńaladas, les gusta horrores y en su honor los he consignado.
Tengo otros detalles. Los pasodobles. Puedo decirles que se han interpretado los siguientes pasodobles: La Giralda , Espańa Cańí , Gallito , Aquí está El Viti , Tercio de Quites , etcétera. Alguien pensará; żcómo es que este seńor conoce todas las piezas que se interpretaron?. Pues muy sencillo; porque mi localidad estaba justamente detrás de la Banda de Música de Salamanca, que sustituyó a la local, que era la prevista por la lógica más elemental. Los que sabía, los recordé nota a nota y uno que no sabía el nombre, lo supe, el de Aquí está El Viti . Muy interesante ver el manejo de los dedos de la mano derecha de uno de los trompetas, que tenía el instrumento (musical) plateado y le arrancaba sonidos muy bizarros.
Más detalles. Uno de los alguaciles: el encargado de entregar orejas, iba vestido de charro. Muy bien. Pero el otro iba de corto, como si fuera un festival. No llevando el emplumado y fúnebre atavío tradicional en los alguacilillos, lo del traje charro viene a cuento, pero en festejos de luces nadie va de corto.
He dicho al principio que la tarde fue festiva, optimista y alborozada. Obvio es hacer la consideración de que las orejas llovieron como por arte de magia, sin apenas nada que las justificase en rigor. Llevados por la natural euforia del momento, hubo gritos e improperios para el presidente, porque se hizo el sueco cuando le hablaron de conceder el rabo a Eduardo Gallo, pero cosas así si son de esperar casi siempre, mucho más en casos especiales como fue el de ayer, estrenando plaza, que no es moco de pavo.
CORNAMENTA Quiere esto decir que todo el mundo nadó a favor de corriente, como por otra parte es habitual hoy en día. Eso impide protestar la pobreza que exhibieron en la cabeza los toros, con todas las posibilidades habidas y por haber de haber sido cuidadosamente afeitados. El segundo por ejemplo, fue muy expresivo a estos efectos, y el cuarto, que me acuerde ahora mismo, difícilmente podría hacer creer a nadie que tamańo corpachón se correspondía con tan sucinta cornamenta.
El ambiente, que fue el que predomina en todas partes, si bien acentuado ayer por la fiesta, impide también llamar la atención a los toreros, gritándoles “Ąpico!”, más que nada por ver si corrigen el vicio en un par de muletazos siquiera. Gritar en una plaza de toros actualmente “Ąarrímate!” se consideraría como si fuera una herejía,
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