“Hemos tirado la traca final al comienzo de la fiesta”. Con esta frase tan descriptiva resume una diputada de Podemos la moción de censura presentada por su grupo parlamentario para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa. “Hubiese sido más inteligente acosar un poco más al Gobierno y dejar la moción para otro momento”.
Esas palabras dan buena muestra del malestar que hay en el seno del grupo parlamentario de Podemos sobre la estrategia seguida por Pablo Iglesias, que ha preferido gastar la bala de la moción de censura a sabiendas de que es imposible que pueda salir adelante, puesto que para desalojar al Partido Popular son imprescindibles los votos del PSOE, y ningún socialista va a votar al líder morado como sustituto de Rajoy.
¿Por qué presenta Iglesias una moción que sabe que va a perder? Porque necesita recuperar cierto protagonismo ante la opinión pública justo cuando las encuestas reflejan una caída continuada de Podemos. “El problema es que es Pablo en primera persona el que más tiene que perder o ganar con una moción de censura”, dice la misma fuente.
En efecto. Iglesias, que conoce bien la historia reciente de España, pretende emular al Felipe González de 1980, que perdió una moción de censura contra Adolfo Suárez en el Congreso de los Diputados pero que la ganó en la calle y gracias a ello conquistó La Moncloa dos años después.
Lo malo para Iglesias es que hay otro precedente, el de Antonio Hernández Mancha. El líder de Alianza Popular presentó una moción contra González en 1987, y también la perdió. Dentro y fuera del Congreso. Hasta el punto de que tuvo que dejar su cargo dos años después… y el PSOE siguió en La Moncloa hasta 1996. Ojito con las tracas que las carga el diablo.
anieto.tiempo@grupozeta.es
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