Estaban en plena expansión y, como una empresa más, ya diversificaban sus negocios. Aunque todos estuvieran fuera de la ley: prostitución, tráfico de seres humanos y de drogas, extorsiones…

Era una gigantesca telaraña, la mayor organización criminal china que se ha desarticulado hasta ahora en la ciudad, que los Mossos d’Esquadra han desmontado tras una compleja investigación.

En la intervención, ejecutada en las últimas dos semanas por 700 agentes, se realizaron 33 registros en distintas partes de Barcelona y su área metropolitana y se precintaron 15 prostíbulos (aunque la organización llegó a tener en marcha 37). La policía detuvo a 39 personas, de las que 33 ya han ingresado en prisión.

‘Cabeza de serpiente’

Entre las detenciones, figura también la del máximo dirigente de la red, denominado cabeza de serpiente. Según explicó ayer el inspector jefe del área central de Crimen Organizado de los Mossos, Quim Francés, ese fue el motivo de la dilatación temporal de la investigación. “Ha caído toda la trama. Tardarán mucho tiempo en generarse“, afirmó.

La tríada -como se conoce a la mafia china- había empezado su carrera delictiva con los prostíbulos que, según relató Francés, montaban y desmontaban rápidamente para eludir los controles policiales. Además, los burdeles funcionaban a modo de cooperativa.Así, se prestaban chicas en caso de que hubiera cambios de demanda.

Tras ello, la organización criminal pasó al tráfico de humanos. Captaban a mujeres chinas con falsas promesas y luego las vendían a otros grupos criminales en EE UU, Canadá y Australia. Para ello, falsificaban documentos con medios de gran calidad.

La organización también se implicó en el tráfico de drogas (se decomisaron diferentes cantidades de ketamina, éxtasis y marihuana), clonación de tarjetas de crédito y, ya en una última fase, extorsiones a chinos instalados en Barcelona.

Condiciones penosas para las mujeres

La explotación sexual que sufrían las mujeres era salvaje. Las chicas practicaban hasta ocho servicios al día, sin ningún tipo de protección ni medidas higiénicas. Entre el material decomisado, también se encontraron sustancias para provocar abortos.

Las condiciones eran tan “lastimosas”, relató ayer el inspector Quim Francés, que incluso una prostituta se suicidó tras enterarse de que había contraído el virus del sida.

La operación policial se saldó con el rescate de 30 mujeres, cuatro de ellas menores. Se cree que hasta 100 chicas estuvieron vinculadas a la trama. La tríada las atrapaba bajo falsas promesas de prosperidad. Ya aquí, eran sometidas por lo que Francés definió como la triple carencia: “Debían 20.000 euros a las mafias, se encontraban en situación irregular y estaban totalmente desarraigadas de su país”.

Todas las mujeres han sido llevadas a ONG. “El trato de la población china con la policía es difícil”, reconoció Francés, pero estas entidades pueden facilitar el diálogo. Por ahora, tan sólo cuatro mujeres han presentado denuncias.