La tableta es de los niños
Una niña estadounidense de una año sabe utilizar el iPad pero no una revista, en un vídeo colgado en la red.
ADN.es
Padres, prepárense. No sólo hay que batallar con las horas que los pequeños de la casa se conectan a internet o se pasan jugando a la consola. Acostúmbrense a que los niños dominen la tableta una vez caiga en sus manos.
Un vídeo de YouTube titulado Una revista es un iPad que no funciona se ha convertido en un fenómeno. Las imágenes muestran a una niña estadounidense de un año manejando el iPad de sus padres con total soltura. Algo que no le pasa al coger una revista, que trastea pulsando sobre el papel como si de una tableta se tratase. Pero el portal de vídeos está repleto de otros casos de menores de dos años o 15 meses jugando con la tableta de Apple, cuya tienda iTunes acumula centenares de aplicaciones infantiles.
“Si antes lo habitual era pasar las páginas de un libro, ahora es el slide“, comenta Daniel Domínguez, profesor de la UNED y presidente del Observatorio para la Cibersociedad. En EE UU, cerca del 40% de niños de 2 a 4 años de edad y más de la mitad de los que tienen entre 5 y 8 años echan mano de la pantalla táctil: usan smartphones, iPod, iPad u otros. Los datos, de Common Sense Media, evidenciarían que “están acostumbrados a un entorno digitalizado”, dice Domínguez.
Mata la conversación
¿Pero de qué manera les afecta en el aprendizaje? La Academia Americana de Pediatría ha recomendado recientemente que los niños menores de dos años no estén expuestos a las pantallas en general, basándose en estudios sobre la televisión. Según estos, el dispositivo interfiere en la “conversación” entre padre e hijo, que es crucial para el desarrollo del lenguaje.
Sin embargo, otros expertos difieren y creen que la experiencia tecnológica puede acercar a las generaciones. “Una de las principales ventajas de tecnologías como el iPad es que pueden convertirse en el foco de las conversaciones entre padres e hijos”, dice Rose Luckin, profesora de la Universidad de Londres, en un artículo de la revista Time. “Si el dispositivo está en el centro de la familia, en la cocina (…), los padres son más capaces de tener experiencias compartidas”, añade Luckin.
Educación adaptada
“Existen estudios que dicen que Google nos hace tontos y otros que sostienen lo contrario”, apunta Domínguez. Para el experto, las tecnologías digitales han expandido la forma de adquirir la información: navegando por los hipertextos de una web, viendo vídeos de YouTube, consultando la Wikipedia… “Aunque el debate es saber de qué manera afecta a cómo la procesamos”, sostiene. El profesor de la UNED cree que frente a esta generación digitalizada “la adaptación escolar ha de ser profunda”.
“El reto ya no es introducir tecnologías en el aula, sobre todo es adecuar las metodologías en el uso de éstas, porque el niño las usa fuera: en casa y con los amigos”, concluye.
UNA ESCUELA SIN ORDENADORES EN ¿SILICON VALLEY?
Los padres de los alumnos de la Waldorf School of the Peninsula creen que las nuevas tecnologías deben estar lejos del alcance de los niños. La filosofía de este centro, uno de los 160 colegios Waldorf en EE UU, resulta chocante teniendo en cuenta que está situado en Silicon Valley (California), la cuna de las start-ups tecnológicas, y que los padres de los escolares trabajan en eBay, Google, Yahoo! o Apple.
“La idea de que una aplicación en un iPad puede enseñar mejor a mis hijos a leer o hacer cálculos aritméticos es ridícula”, dice Alan Eagle, uno de los padres, a The New York Times. Eagle, ingeniero informático de profesión, trabaja para Google. “La tecnología tiene su momento y lugar”, dice Eagle.
La escuela, con nueve aulas, centra su enseñanza en la actividad física y las tareas prácticas. Así, los alumnos tejen calcetines para saber resolver problemas y parten alimentos en sus clases de álgebra. El método Waldorf es claro: los ordenadores inhiben el pensamiento creativo, el movimiento, la interacción y distraen.
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