La pulsera ‘milagrosa’ lleva a Power Balance a la quiebra
La empresa tendrá que pagar indemnizaciones millonarias por publicidad engaños
Las pulseras que supuestamente mejoran el rendimiento físico.
Archivo ADN
Era la moda del momento y la llevaban sin pudor personalidades del mundo del espectáculo, el deporte y la política. Desde Cristiano Ronaldo o Pablo Motos a Esperanza Aguirre o la mismísima ministra de Sanidad, Leire Pajín.
La pulsera Power Balance se hizo muy popular hace unos años por venir asociada a una supuesta mejora de la salud y el rendimiento físico. Eso decía al menos la publicidad del producto, que garantizaba “científicamente” un incremento del equilibrio, la flexibilidad y la fuerza. En España se vendieron más de 300.000 pulseras a un precio de unos 35 euros.
Ahora la empresa está al borde del cierre después de haber sido condenada a indemnizar con 42 millones de euros a un grupo de consumidores que la denunció por publicidad engañosa en Estados Unidos. Según informaron ayer varios medios internacionales, Power Balance se declaró en suspensión de pagos el pasado viernes en la corte federal de Santa Ana (EE UU) alegando que no puede asumir las indemnizaciones millonarias.
Power Balance se ha convertido en objetivo de numerosos pleitos en todo el mundo y sus ingresos, pasada la moda pasajera de la pulsera milagrosa, han caído a mínimos.
En diciembre pasado, la compañía se vio obligada a reconocer en Australia el engaño de su producto estrella: “Admitimos que no hay pruebas científicas creíbles que apoyen nuestra publicidad y, por tanto, hemos incurrido en conducta engañosa”, señalaba la empresa en un comunicado en el que pedía disculpas a los consumidores y les ofrecía un “reembolso completo”.
En España, la asociación Facua-Consumidores en Acción lleva años denunciando el engaño de los brazaletes y consiguió que la Junta de Andalucía impusiera un multa de 15.000 euros a la empresa en diciembre pasado. “El fraude de las pulseras milagrosas es a nivel global, pero es una pena que las autoridades españoles se hayan lavado las manos en este tema, con sanciones ridículas”, explica a ADN Rubén Sánchez, portavoz de Facua.
Las asociaciones de consumidores denuncian la creciente utilización de la publicidad engañosa como una técnica de marketing más de las multinacionales y de varias empresas españolas. “Se trata una práctica cada vez más generalizada, especialmente en sectores como la alimentación, la banca, las telecomunicaciones y los productos supuestamente sanitarios”, cuenta Sánchez, que reclama al nuevo Gobierno de Mariano Rajoy “más determinación” para defender los derechos de los consumidores.
Productos ‘mágicos’
1. Collares cuánticos. En su publicidad aseguran que aislan las radiaciones gracias a unos minerales curativos. También prometen dejar la mente en paz y combatir la fatiga.
2. Soñar y adelgazar. Facua ha denunciado reiteradamente unas pastillas que prometen adelgazar mientras se duerme. El anuncio también afirma que su eficacia ha sido “científicamente probada”.
3. Calorías negativas. Se anuncian alimentos que adelgazan por sus calorías negativas pero, según Facua, contienen una alta concentración de hormonas tiroideas y sexuales.
4. El magnetismo. La empresa Maknetika promete curar el sida, el cáncer y una larga lista de enfermedades con un método ‘milagroso’ basado en el magnetismo. En su web llega al extremo de sugerir que no se sigan tratamientos médicos para tratarlas y alerta de su peligro.
5. Contra la resaca. En las teletiendas de la madrugada se venden unos suplementos dietéticos que aseguran reducir la tasa de alcohol en sangre y anular los efectos de la borrachera. Según la OCU, se trata de un suplemento con vitaminas y plantas que no puede cumplir lo que prometen.
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