La nueva normalidad
La Sagrada Família atrae tras la visita del Papa a turistas pero también a los autóctonos
La Sagrada Família en el primer día abierta al público tras la visita del Papa.
Jordi Soteras Barcelona
Ni el frío ni la amenaza de lluvia disuadió ayer a miles de curiosos que querían conocer la nueva Sagrada Família.
El templo -que aún mostraba rastros de la visita papal, como cableado, los soportes de las pantallas o zonas cerradas al paso- reabrió sus puertas con la idea de inaugurar una nueva época.
De entrada, la vuelta a la normalidad se caracterizó por la gran afluencia de visitantes: ayer la cola iba desde la entrada en la calle Mallorca hasta Provença y Marina.
Por otro lado, a diferencia de otros días, el número de barceloneses que se acercaron al templo fue muy alto. La mayoría querían comprobar con sus propios ojos que las espectaculares imágenes de la retransmisión de TV3 no habían sido un truco televisivo.
Felicitaciones a Rigol
El presidente del Patronat de la Sagrada Família, Joan Rigol, anduvo por la mañana por el interior de la basílica, donde recibió la enhorabuena de muchos ciudadanos por su labor.
Una de esas felicitaciones era de Miquel Toralles, de 82 años. Este jubilado, que visitaba el templopor primera vez, repetía sin cesar el adjetivo “magnífico” en su charla con el presidente del Patronat.
Otros se reservaban sus opiniones, aunque también se mostraban abrumados. “Estuve en la Sagrada Família hace 15 años y después de ver las imágenes del domingo he querido comprobar yo mismo los cambios”, explicaba Sergio Martínez, de 50 años, mientras fotografiaba el templo.
Como él, centenares de turistas hacían lo mismo, sin dejar ni un metro cuadrado por fotografiar. Y con tanto ajetreo, el hilo musical era inaudible. Una muestra del reto que le espera ahora el templo: como el propio Rigol apuntó, habrá que lograr la combinación ideal entre el interés del turista y la espiritualidad del religioso. Será la primera prueba de esta nueva etapa.
Comentarios recientes