Esta actividad, bien como terapia o pasatiempo, ha constituido una cualidad sustancial para el desarrollo de la cultura en distintos aspectos. Desde su origen, ésta ha sabido adaptarse debidamente a las circunstancias y necesidades del ser humano, formando parte de la vida cotidiana de muchos individuos. Dicha práctica, brinda la posibilidad de interpretar situaciones por medio de la expresión de deseos, necesidades o evidencia de algún hecho.

La fotografía como medio de expresión

En la mayoría de los casos resulta imposible que las obras de los fotógrafos no resulten tener detalles autobiográficos. Con el paso del tiempo, la fotografía se ha transformado en una actividad personal entre sus practicantes, mostrándose con cierto descaro ante los ojos de las personas.

No importa de qué se trate la obra, ya sea una foto en el interior de una exhibición, algún deseo, idea, fantasía o gusto. De igual forma, en todos los casos siempre queda la marca del alma en el reflejo del retrato, mostrándose sincero, firme y confiable.

La fotografía y el arte

El punto más impactante de este medio expresivo, es notar lo que descartan los demás. En algún punto de la vida y en más de una ocasión, a los individuos se les ha hecho imposible expresar lo que sentían. Si bien algunos son capaces de hallar las palabras y el momento adecuado para aclarar sus sentimientos, otros deben incursionar dentro de sus cuerpos y mentes para lograr plasmar sus emociones a través de la danza, música, poema, escritos, pintura o escultura.

Puede parecer irónico que algo tan sencillo resulte confuso o incomprensible, pero sí, la vida cotidiana de los seres humanos, está tan llena de pequeños instantes que pueden marcar una diferencia a lo que sería su estilo de vida, personalidad o emociones. Esos momentos se quedan en la conciencia de cada persona, y de vez en cuando, lo imprimen de alguna forma.