La España nudista
En nuestro país hay medio millón de personas que expresan su libertad desnudándose. Te contamos de qué va el nudismo y dónde practicarlo este verano
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Ciclonudismo
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“Yo nací sin pantalón, sin vergüenza y sin vestido / Y en la playa quiero estar como un recién nacido”, cantó Paolo Salvatore a mediados de los 80, definiendo con sus chascarrillos la incipiente moda nudista, aunque (eso sí) desde el punto de vista del voyeur carpetovetónico que se deja caer por las zonas nudistas para alegrarse el ojo. Pero, en general, el movimiento naturista es eminentemente serio, buenrollista, ecologista y familiar.
El nudista se desnuda en público, sí, pero no por motivos sexuales o exhibicionistas, sino por reivindicar la libertad individual de campar a sus anchas sin las barreras de la ropa. El manifiesto de Aanuma(Asociación de Amigos del Nudismo en Madrid) lo deja bien claro: “El Nudismo se define como una percepción positiva del desnudo propio y del de los demás, cuya práctica sirve para el crecimiento personal y social, estando carente de intencionalidad sexual”. El nudista cree, entre otras cosas, que la prohibición del desnudo público es enfermiza y puede causar trastornos psico-emocionales como la baja autoestima física o la perversión sexual.
El nudismo no se estableció como movimiento social hasta principios del siglo XX en Alemania, donde se denominó “Freikörperkultur” (“Cultura del cuerpo libre”). Fueron los turistas germánicos quienes, en sus viajes por Europa, lo extendieron por Suecia, Holanda o Gran Bretaña, como fenómeno unido al ecologismo: lo que diferencia al naturismo del nudismo es que el primero se engloba en un estilo de vida en armonía con la naturaleza y el segundo es, simplemente, hacer uso del “derecho a desnudarse en público”.
Españoles en cueros
A España no llegó el nudismo hasta los locos años 20, aunque luego, con la guerra y el franquismo, desapareció casi por completo, convirtiéndose en un movimiento clandestino limitado a determinados núcleos turísticos (como Maspalomas, en Canarias, o Costa Natura, en la Costa del Sol) hasta que, en 1989, se modificó el artículo 431 del Código Penal, con lo que se eliminó el delito de “escándalo público” y el nudismo pasó a ser legal en cualquier espacio público.
El desnudo es sano
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Hoy España es uno de los grandes paraísos nudistas, donde existen 16 asociaciones articuladas a través de la FEN (Federación Española de Naturismo) que, junto a otros 31 países, forma parte de la FNI (Federación Internacional de Naturismo). Esto supone unas 500.000 personas adeptas al movimiento y cientos de extranjeros que buscan en las playas y campos de nuestra piel de toro rincones secretos para pasar unas vacaciones más frescas y ajenas a la dictadura de la ropa.
En España, que ha cambiado un disparate en los últimos 40 años, el naturismo y el nudismo están muy bien considerados por la opinión pública. Como dice Ismael Rodrigo, presidente de la FEN, según diferentes encuestas, “más del 75% de la población ve con buenos ojos el naturismo, independientemente de que esté dispuesto o no a practicarlo”.
El español amigo del naturismo se desnuda, por regla general, en su propio país, pero cuando viaja al extranjero para variar, prefiere las zonas de Francia o Croacia.
Piscinas de carne, ciclonudistas y otros inventos
En Madrid, ahora que aprieta el calor, son muchos los que hacen escapadas nudistas al centro más cercano a la capital, que se encuentra en Cartagena, a 460 km. de distancia. Los demás, tienen que conformarse con despelotarse en los solariums de las piscinas del Barrio del Pilar, La Elipa o la Casa de Campo. Aanuma también dispone de un chalet de dos plantas con varias piscinas en la zona de Pozuelo-Boadilla del Monte, un “espacio de ocio alegre, divertido y nudista para nosotros mismos y nuestros amigos y familiares”, como dicen los organizadores. Existe además Aquestética, un Spa nudista orquestado desde ADN (Asociación para el Desarrollo del Naturismo), organismo que cuenta actualmente con más de 600 socios.
Los naturistas que, además de nudismo, buscan comunión con la naturaleza, se arremolinan en ciertas zonas del Pantano de San Juan, el río Lozoya o La Pedriza, entre otros lugares de culto. Para más información y “quedadas” puede consultarse la web de Aanuma.
En las demás ciudades de España también existen lugares reservados para desnudarse de forma sana y natural. Entre ellos, la FEN destaca las piscinas Bernat Picornell (Barcelona), el spa del Gran Hotel Jovellanos (Gijón), el balneario urbano Aware (Alicante), los Baños Árabes Medina Aljarafe de Bormujos (Sevilla), la Piscina Artxanda (Bilbao) o el Balneario Bienestar (Burgos).
Además, están los Ciclonudistas, que combinan el nudismo con el deporte del pedal para protestar contra la lacra del automóvil en las principales urbes españolas.
La dama de barro
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Tu piel morena sobre la arena
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Recorrer la playa desnudo, sentir la brisa marina entre las piernas, sumergirse como un pez en el agua sin la presión del bañador… Son algunos de los placeres del nudismo playero, uno de los más codiciados por los amantes de la libertad y la naturaleza. Aunque, como hemos visto, no existen leyes que prohiban desnudarse en lugares públicos, los expertos en nudismo recomiendan acercarse a calas aisladas o bien a zonas nudistas para no escandalizar a los bañistas más puritanos.
Guillermo Esaín, escritor de guías playeras para El País-Aguilar, es un auténtico connoisseur de la cultura nudista, y ha dicho que “cada 20 ó 30 kilómetros hay en las costas españolas una cala donde poder desinhibirse y comulgar con el mar y el colchón arenoso. Es sólo cuestión de buscarla”. Entre las playas que recomienda en sus guías turísticas destacan las siguientes:
Barra, Cangas de Morrazo (Pontevedra).
Somocuevas, Piélagos (Cantabria).
Barinatxe (La salvaje), Getxo y Sopelana (País Vasco).
Illa Roja, Begur (Girona).
El Saler, Valencia (Comunidad Valenciana).
Es Trenc, Campos (Mallorca).
Cala del Barronal, Níjar (Almería).
Benalnatura, Benalmádena (Málaga).
Sotavento de Jandía, Pájara (Fuerteventura).
Maspalomas, San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria).
Mención especial merece Costa Natura, un pueblo naturista en la Costa del Sol, cercano a Estepona, que, desde 1979, es una de las mecas mundiales del turismo nudista. Es un lugar idílico, lleno de luz y color, que cuenta con una de las mejores playas de España y una particularidad: allí todo el mundo va desnudo, pasando a formar parte de un crisol de pieles y cuerpos de todas las edades y nacionalidades: ingleses, alemanes, holandeses, suizos, belgas y, por supuesto, españoles.
Costa Natura constituye el lado más sofisticado y menos hippie del nudismo, con precios que oscilan entre los 97 y los 141 euros al día por apartamento en temporada alta. Hay sólo 200 apartamentos y en esta época las reservas vuelan. Si te atreves, date prisa…
(Artículo corregido el 4 de julio de 2008).
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