La droga invisible
Desarticulada una banda que distribuía ketamina, una sustancia que ha abandonado la marginalidad de las ‘raves’
Ketamina incautada por los Mossos d’Esquadra.
ADN Barcelona
La ketamina ya no es sólo una droga de uso residual. El consumo de este anestésico disociativo se ha extendido más allá de las raves y ahora se toma en locales de ocio nocturno de todo tipo en busca de sus efectos alucinógenos.
Los indicadores del Plan Nacional de Drogas no recogen el auge de la sustancia. Según datos de 2008, un 4,1% de escolares de entre 14 y 18 años había consumido alguna vez esta droga o similares (LSD, ácidos, setas, etc.) frente al 5,1% que había tomado cocaína.
“Es una droga invisible para los indicadores, el porcentaje debería ser mayor”, dice Nuria Calzada, la coordinadora de Energy Control, un proyecto de la Asociación Bienestar y Desarrollo que asesora sobre el consumo de drogas. “Por lo que detectamos en fiestas, el consumo sólo de ketamina está un poco por debajo que el de la cocaína o el éxtasis”, añade.
Los Mossos d’Esquadra confirman esta teoría. Sin ir más lejos, ayer informaron de la detención de 10 personas que formaban el principal grupo de tráfico de ketamina en Cataluña. Traían desde el estado de Goa (India) tres o cuatro kilos de esta sustancia por semana. Luego, aquí vendían el gramo por 50 ó 60 euros.
“Viendo la capacidad del grupo, creemos que el consumo de ketamina ha subido”, afirmó en rueda de prensa el inspector, Jordi Ollé.
Los cabecillas del grupo de narcotraficantes pagaban 6.000 euros a ‘mulas’ -como se conoce a la gente que transporta la droga- para que fuesen hasta India para conseguirla. Según dijo Ollé, en el país asiático esta sustancia sintética no está considerada una droga y hay “cierta facilidad” para comprarla. En el viaje de vuelta, las ‘mulas’ volaban hasta aeropuertos europeos cercanos y hacían el tramo final por tierra.
“La ketamina se utiliza como anestésico en Asia, África y Latinoamerica. En España, su uso se ha ido retirando progresivamene debido a los efectos secundarios, es decir, los alucinógenos; y tan sólo se utiliza ocasionalmente en bebés y ancianos”, detalla Calzada.
Además, según apunta la coordinadora de Energy Control, los indicadores de desintoxicación son muy bajos. “Es una droga muy adictiva que se consume generalmente esnifada. Rápidamente se pasa de consumirla de forma esporádica a hacerlo cada día“, afirma.
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