Laura A. Oria La Bañeza
Crear un restaurante en el centro de La Bañeza es un acontecimiento que sólo ocurre una vez al año y que hay que intentar exprimirlo al máximo, quizás por ello, esta original cocina ha abierto su actividad un día antes por primera vez desde la creación de la Alubiada.
Hasta ahora, las decenas de personas que se enfundan los mandiles para ofrecer a sus vecinos el mejor potaje llevaban a cabo la preparación de los ingredientes y detalles previos en lugar cerrado. Sin embargo, esta vez han cogido todos sus aperos de cocina y en la tarde de ayer se trasladaban a la Plaza Mayor para hacer partícipes a todos los viandantes de estos pasos previos a la gran cita de esta mañana. Desde las 18:30 horas, el centro de la ciudad se convirtió en una gran cocina en la que se cortaban pimientos, chorizos, ajos y demás condimentos mientras las grandes protagonistas, las alubias, eran puestas a remojo. Todo ello gracias al soporte técnico proporcionado por la empresa Oslo.
Con todo preparado llegó el gran día, una jornada en la que el núcleo de la capital bañezana amanece a las 6 de la mañana combinando el encendido de los fogones con la aparición de los primeros rayos de luz. A partir de ese momento, la actividad comienza a crecer para conseguir cocinar los 450 kilos de alubias, 110 de chorizo, otros tantos de tocino y los cientos de ingredientes más que acompañarán al menú. Para que todo marche bien, la Alubiada no podía dejar de contar con su principal promotor, el reconocido cocinero Paco Rubio, quien vive esta celebración con gran entusiasmo y alegría poniéndose al frente de la cocina para comprobar que todo marcha de manera adecuada.
Pero él no estará solo, cerca de cien personas participarán en la preparación de la Alubiada desempeñando diferentes labores entre las que se encuentran emplatar los alimentos y repartirlos. A todos ellos, la organización ha agradecido insistentemente su colaboración ya que consiguen que esta iniciativa salga adelante.