Javier Mariscal empezó a diseñar hace 40 años. En todo este tiempo ha creado logos, centenares de carteles, archiconocidas mascotas e incluso hoteles. Pero hasta Chico y Rita no se había aventurado en un proyecto cinematográfico.

¿Qué ha supuesto esta película para usted?

Ha sido como cumplir un sueño. Siempre había querido hacer cine y qué mejor manera que hacerlo con Fernando, que es amigo.

¿Qué le ha enseñado?

Fernando me ha enseñado la manera de hacer una película y me ha transmitido su rigor profesional y su afán por el trabajo bien hecho. Seis años es mucho tiempo.

¿Ha sido duro?

He llorado y he reído muchísimo mientras componíamos la película. He exclamado miles de veces: ¡Qué bonito! Así que la respuesta es no.

La película retrata la esencia de Cuba, ¿qué opina de su régimen?

Creo que los hermanos Castro son unos pésimos gestores. El gobierno ha sido y es un auténtico desastre.

¿Esperaba ganar el Goya?

Si quieres que sea sincero, había visto las cuatro nominadas y era como Ben-Hur compitiendo con películas de muy bajo presupuesto.

En su discurso de los Goya alabó al cine español…

Yo sentía que estaba representando al espectador, por eso, en un momento en que parece que la gente que hace cine son unos pobres desgraciados, agradecí lo mucho que me ha aportado el cine.

También mentó internet…

Internet me ha ayudado a difundir contenidos pero creo que para ver cine hay que ir a las salas. Es como si ves Las Meninas en un sello o las ves en directo, en El Prado.