Jack the Ripper en Facebook
03 de Septiembre de 2010 | Miqui Otero
No me extrañaría demasiado que en breve apareciera en YouTube el vídeo de un cachorro de beagle girando en el tambor de una lavadora, la imagen de hámsters volando por los aires o de conejitos despeñándose por las alcantarillas de cualquier ciudad.
Si nadie hubiese visto cómo la tal Mary Bale, la mujer rechoncha con un aire a Susan Boyle, metía a un gato en un container, seguramente la cosa habría quedado en la agonía temporal del felino. Cuando saltó el vídeo en internet, 18.000 personas apoyaron un grupo titulado Death to Mary Bale e instaron a que su jefe la despidiera de su trabajo. La cosa, ya desmadrada, no ha acabado ahí. Luego fue una chica, supuestamentecroata, laquesehizo tristemente célebre con el deleznable deportedelanzarcachorros a un río. Han puesto un precio de 2.000 euros a su cabeza -a identificarla, nada másy el grupo contra ella ya se eleva a 9.000 firmantes.
Eran tan injustos los pelotones de linchamiento típicos de los western s en plan Johnny Guitar como peligrosas son las patrullas vecinales que salen conbates y cadenas a asegurar su seguridad cuando las fuerzas policiales no responden. Y es peliaguda la dinámica de pelotón abusón de internet.
Jack The Ripper se hizo célebreenlaInglaterravictoriana por sus asesinatos de prostitutasdecadentesenun barrio olvidado en el corazón del imperio. Pero si se hizo realmenteconocidofueporla participación de la incipiente prensa amarilla –The Sun, The Star, etcéteraque tanta publicidadledio.Se sabeque erarealsucartaFromHell,pero no otras como Dear Boss o Saucy Jack, enviadas a las agenciasdenoticias. Su celebridadanimóamuchos a implantarlo emularlo. Algunos diabólicosmalos usos (no todos: los extremos) de Facebook -los ataques en grupo, el culto al yo rayante en lo psicóticoson peor que esa prensa amarilla. Dar muchoprotagonismo a personajes comoestos crea a muchos otros que buscan ciberpopularidad con estrategias parecidas
Jack the Ripper viajóalosochentaenla película Time After Time. Esperemos que no llegue al sigloXXIyabra un Facebook.
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