Grafiti Facebook y tambores en la campaña electoral egipcia
Los muros que rodean Imbaba, en el norte de El Cairo, están plagados de grafiti y eslóganes: un hombre ondeando la bandera egipcia, una pirámide o lemas como “justicia social” y “para que los pobres se beneficien de la revolución”.
Y es que en vísperas de las elecciones parlamentarias que se celebrarán en Egipto el 28 de noviembre, las primeras desde la caída de Hosni Mubarak, muchos de los partidos y candidatos buscan nuevos y innovadores métodos de atraer a los votantes, al tiempo que las calles continúan pobladas de la tradicional propaganda electoral.
Así, una coalición de grupos políticos emergentes está usando grafiti para dar a conocer su mensaje, mientras que los jóvenes activistas convertidos en candidatos utilizan las redes sociales como Facebook, la misma herramienta con la que consiguieron derrocar al presidente después de 30 años.
Amr Abu Tawila, que lidera una de las alianzas de grafiteros, opina que para los votantes esta iniciativa marca la diferencia con los “mensajes sofisticados que escuchan a diario”.
“La gente está saturada con material electoral en el que apenas se distinguen unos partidos de otros. Pero como nosotros tenemos contenidos distintos, utilizamos medios distintos para darlo a conocer”, añadió. Además, los grafiti son “una forma más barata y creativa de hacer campaña”.
Según Abu Tawila, su iniciativa es similar a lo que hicieron durante los 18 días de la revolución. “Queremos que la gente conecte con nosotros, con lo que vieron en la plaza de Tahrir”, añadió. Pero su alianza depende también de las redes sociales para llegar a los votantes más tecnológicos.
Ahmed Naguib, uno de los activistas líderes de la revolución de enero, promueve su candidatura a través de estos nuevos medios de comunicación: Sus simpatizantes utilizan su web y su perfil de Facebook para promocionar su campaña.
Sin embargo, algunos votantes siguen prefiriendo los métodos tradicionales.
“Yo no votaría a un candidato al parlamento que dependa exclusivamente de las redes sociales para alcanzar a la gente, porque eso significa que no tendrá contacto con la gente de a pie”, afirma Mona Adel, estudiante de ingeniería.
Entre estos métodos figuran los conciertos, como el que se celebró en El Cairo en apoyo al candidato del recién formado partido Al Adl, Mustafa al Naggar. La música gratuita y al aire libre atrajo a una enorme multitud. “La gente lo disfrutó. Repetiremos”, dijeron los miembros de la campaña.
En la provincia de Assiut, en el sur, un candidato contrató los servicios de un Mesahrati (músico tradicional que toca el tambor por las calles antes durante el Ramadán). Así, mientras los curiosos se acercaban a ver el espectáculo, Mohamed Mussa, de los influyentes Hermanos Musulmanes, aprovechaba para captar votos.
Además, los candidatos pueden hacer campaña en la televisión y la radio estatal, con diez minutos de emisiones de propaganda gratuitas. Para los candidatos individuales, el tiempo es de cinco minutos.
Pero a falta de días para los comicios, la estudiante Adel sigue indecisa, pese a haberse informado en los programas de televisión, las plataformas electorales online y debatiendo con amigos.
“Aunque cada candidato se ha ingeniado una nueva técnica para atraer nuevos votantes, suelen ser asuntos relacionados con el ocio. Pero cuando hablan de sus programas, lo hacen muy vagamente”, señaló.
Hisham Sami, un desarrollador informático de 35 años que nunca ha votado, está de acuerdo. “Es la misma historia de siempre. Cuelgan muchos carteles para que podamos ver sus rostros allá donde vayamos. Organizan mítines para hablar de democracia, igualdad o justicia. Pero muy pocos están dispuestos a hablar de sus programas y dar detalles.”
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