Gachas con presa ibérica para La Cibeles
El chef toledano Adolfo Muñoz estrenó ayer la cafetería y el restaurante de la sede municipal
El chef Adolfo Muñoz en la cafetería Cibeles
Sylvain Cherkaoui
Alza la mirada al cielo cuando ve que tiene 21 llamadas perdidas en su móvil. “¿Habéis encendido las luces?”, pregunta Adolfo Muñoz a los operarios que deambulan por la terraza del palacio de Cibeles.
El chef del restaurante de la sede municipal, que se inauguró ayer, tenía la tensión propia del debut en las grandes plazas. “Es estar en guardia. ¡Entramos en la Champions League!”, contaba ayer en una mesa de su privilegiado estadio.
Empezó por la mañana comprando en Mercamadrid y aguantó hasta las dos de la madrugada. El cocinero afincado en Toledo llevará una cafetería en la segunda planta -con menús del día entre 15 y 25 euros- y el restaurante en la sexta planta, a 70 euros el cubierto. Sus dos terrazas permiten a los ojos perderse por Cibeles, la calle de Alcalá, la Gran Vía o Recoletos mientras el paladar se deleita con un bogavante escabechado o unas gachas con presa ibérica y garbanzos.
“Esto es como regalarle un juguete a un niño y ves que se va sonriendo y apretándolo contra el pecho. Aquí les obsequiamos con una buena comida, que la pagan, pero encima te dan las gracias”, comenta el chef antes de dar la primera cena a un grupo de 80 personas. “¡Son 500 platos! Hemos empezado sin rodaje, pisando a fondo”, se sonríe y confiesa que no se cansa de hacer un plato. “Es lo que nos da la cocina, la ilusión de crear”, comenta este padre de los fogones antes de que le reclamen. “¿No tomáis un vino?”, pregunta a todo el que se cruza.
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