Fran Rivera rehúye hablar de Cayetana Eugenia y su hija
La duquesa de Alba no levanta cabeza tras el intento de su yerno de quitarle a eugenia la custodia de su hija.
Parece pausa, pacto o tregua navideña, paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Todo es burbujeo, posturas chispeantes y buenos deseos. Resulta ficción pasajera, irreal, momentánea, algo circunstancial. La vida social se alegra con chinchines como el corchazo champanero ya sin capote de grana y oro con que Francisco Rivera, antaño figura que abarrotaba los cosos más por su tirón mediático que ante vergüenza torera, reapareció como hombre-anuncio, algo que no harían sus grandes contemporáneos como José Tomás, El Juli o Morante.
Él aportó su fina estampa, un tanto achaparrada y de sobresaliente cabeza, proclamando las excelencias de un Moët Chandon como su hermano Cayetano mantiene físico y vaivenes amorosos con el anuncio incumplido, un fiasco informativo, de que maridaría con EvaGonzález el ya superado 7 de diciembre. Ella aguanta, espera o desespera, según comentan sus colegas en la copla de Canal Sur, donde una veintena de colaboradores, incluidos director, guionista y hasta el sapientísimo HilarioLópezMillán, soportan un impago de cinco meses. Cayetano generalmente tan retraído, se acoge al buen pasar -¡y pagar!- de ManuelColonques, de los internacionalizados ladrillos Porcelanosa que lo adora y que tanto enriquecen el bolsillo de Isabel Preysler y sus niñas. Para ellas es manantial que no cesa, una imagen perenne realmente emblemática, porque no se concibe la firma castellonera sin la imagen achinada, ya irreconocible y exótica, siempre rejuvenecida por el rehabilitador Pepe Botella, que en un día me sopló que invertía tres días en eliminar arrugas de la imagen gráfica. Cayetano se mantiene fiel a Loewe intentando recuperar el liderazgo bolsero de antaño más que superado por firmas mas modernas tal Coach, Prada o el siempre renovado Vuitton. El supermillonario Arnault no sabe qué hacer con esta marca española que aún entusiasma al público japonés, Hermès no tiene que envidiarle en el tratamiento peletero, pero sigue sin acertar diseñando ropa. Entre sus grandes fiascos está no haber sabido intuir el talento de NarcisoRodríguez, hoy señero en Estados Unidos, que marchó de aquí echando pestes pese a su ascendencia extremeña, huir salvó su carrera. Al segundo de Carmina –forever Carmen para los íntimos- tampoco es que le saquen mucho provecho.
Cisma palaciego.
Y lo mismo sucedió en este bautismo champanero bien cobrado por Fran en los salones del Casino madrileño, con picoteo nada tradicional de Paco Roncero, promocionando la hamburguesa de liebre. Tras dejar la fiesta nacional como protagonista, Rivera se mantendrá llevando las plazas de Málaga y Ronda, mal momento para la afición, justificó su adiós con un “prefiero irme antes de que me echen”. Nada dijo de proyectos o intenciones con su duradero amor actual, Lourdes Montes, a quien endilgan el malmeter familiar, y esquivó referirse al contencioso que mantiene con Cayetana de Alba y su hija Eugenia tras la puñalada trapera de querer quitarles a Cayetanita -su abuela paterna se llamaba Carmen Cayetana, dato familiar- creando cisma palaciego. La duquesa no levanta cabeza porque estaba como enamorada de un yerno bien zalamero y engañador. A ella la enredó como antaño a MayaGarcía Coronas, cuñada de Manuel Prado y Colón de Carvajal, vía su hermana Celia, que fue insinuadora modelo pictórica de Revello de Toro. Alguno de sus retratos andan de oferta por las subastas de Durán, Segre o La Suite. Sostienen que con Maya, cuesta creerlo, mantuvo idilio de seis años, incluso casado con la mini duquesa. Sevilla tuteló esa traición que estaba en boca de todos, donde cundió el trinque.
“Mi retirada es irrevocable, aunque no tengo tan claro la de mi hermano. Conozco a muchos compañeros que se han ido para reflexionar y volver. No será mi caso”, aseguró en inteligente medida, ya que solamente lo contrataban plazas de segunda y tercera. Tal reencuentro confirmó un cierto cinismo, su desprecio a los medios que en tiempos hasta denunció al “sentirse acosado” como no acaba de estarlo viajando a Nueva York flanqueado por su agencia de cabecera.
Más vistoso chinchineo, aunque con tintos de crianza, tuvo el homenaje cóctel al padre Garralda. Un todos a una en cantidad y calidad que superllenó el despacho-expo que el muy mediático, y para algunos insufrible, Joaquín Torres tiene en la actualmente deslucida milla de oro, donde solo gastan los rusos, al punto de que días atrás uno dejó 80.000 euros en la tienda Dior. Les salvó el mes como que Miranda Kerr, insustituible desde hace seis años como ángel de Victoria’s Secret, anuncie Mango como recambio de la ya quemada Kate Moss, que sigue posando como ninguna otra y aportó lo que Scarlett Johansson ni se olió. Mejor recuerdo dejaron Karolina Kurkova, Naomi Campbell, pese a sus caprichos trasnochados, Claudia Schiffer, Milla Jovovich o PenélopeCruz, que con su hermana Mónica se atrevieron a decir que diseñaron una línea. En ese empeño creador también tropezó NatiAbascal. Sus ideas clasistas no dejaron huella de estilo ni intuición. También eliminan al barcelonista Josep Piqué, más vibrante y próximo sobre el césped que como estafermo propagandístico. Shakira no le contagió ritmo y soltura y prodigó una impactante sosería nunca vista, algo impensable en su sustituto el más talludito, Andrés Velencoso.
Desplegando encanto, queriendo caer bien, Miranda recordó su verano con Orlando Bloom, padre de su hijo Flynn, en una escapada a Gran Canaria para moda cálida. Le impactó y allí compitió con Ariadne Artiles, que despuntaba. Lo vivimos en Costa Meloneras, donde Miranda en pantalón corto coincidía corriendo con el hoy atribulado ministro Soria, añorador de aquel tiempo tan feliz con dos horas a la carrera. Así mantenía un físico menguado, mientras el de la maniquí australiana de 29 años dio su receta mantenedora: “Hace más de diez años que dedico las mañanas a relajarme con yoga, aunque lo más trepidante es jugar con mi niño”. No alzó burbujeo deseando buenas fiestas, pero casi lo intentó con sonrisa cálida, comunicadora y atenta.
Fiesta benéfica.
Lo confirmaron en torno a Garralda y su variopinta grey de fans y colaboradores. Destacaron Borja Thyssen, con Blanca Cuesta, y Marina Danko, posiblemente reenamorada -sus ilusionados ojos confirmaban lo que prudentemente desmentía- de un sevillano que no va de primo como su pretendiente anterior. Pasará fiestas con sus hijos, adelantó a una Montse Fraile bajo pailletes azules comentando qué felices los hace a ella y José María García la historia de su mayor, Pepe, con Ariadne: “Es un cielo de criatura y este verano se portó de cine cuando la muerte de mi hermano Andrés”, exaltó ante Nena Perojo, madre de Carlos Goyanes y apellido señero en nuestro cine. Se complementaba con la renacida vizcondesa de Villamiranda, madre de Cary y Miriam Lapique, ausencias inexplicables en cita tan benéfica donde Maribel Yébenes -espléndida de figura cuando soltó el maxivisón hasta los pies, buen resguardo a su camisa en seda sobre pantalones- improvisó consulta con Blanca Cuesta. Tras pasar su experta mano por el cutis, dictaminó casi dándole receta conservadora: “Aún es pronto para hacerlo, estás muy bien”. Parece que el último parto alivió sus problemas faciales confirmó ante Susanna Griso, constante en los largos pantalones abombados de aire hindú casi como el abrigo brocado de Cristina Tárrega de aire Bollywood más propio de boda o amadrinamiento que de una cita social donde el arquitecto, quien trocó sus voluminosas pasminas por chaqueta de terciopelo azul corbata incluída.
Un formalizador cambio felicitado por Juan Palacios que, loncha de jamón Cinco Soles en mano, contaba que ha firmado tres años más con Fernando Alonso para que anuncie sus relojes, como en tiempos lo hicieron Antonio Banderas y Enrique Iglesias. Es un lince y de los mejores amigos de Pedro Carrasco, a quien prestaba muestrarios para ganarse la vida. Así fue tirando hasta que Raquel Mosquera le descubrió el filón de las exclusivas: la primera fue en Tómbola, lanzando un posible embarazo de la peluquera. Todo se recordó ante Ana Rosa Quintana, manteniendo pulso matinal con Griso por la audiencia. Luchan por quien vende más muertos, sucesos y casos espeluznantes, convertidos en pan nuestro de cada día. Junto a su marido Juan, con ocho kilos menos, Ana Rosa concretó vacaciones en su dehesa extremeña ante el exalcalde José Luis Álvarez, mientras Pedro y BegoñaTrapote protegían a las hijastras de Felipe González y su hermana Mar ponía gesto de permanente alucine por la tardona CarmenLomana, cada día menos interesante. Aburrió al no medirse. Madrid es implacable con las reiteraciones, como LujánArgüelles en rutilancias indumentarias. Rebrilló bajo lentejuelas plata a fin de animarse tras su ruptura, mientras la agria SimonetaGómez–Acebo, altiva, rehusó posar porque no tenía nada que vender. Así es de interesada y displicente, todo lo contrario de TeresaBueyes, imponente de escote -qué cosas me dijo de un JavierSaavedra inhabilitado- pese al jet-lag de recién llegada de Nueva York.
Suspense y misterio.
Alguna de esas revelaciones profesionales acaso inspirarían alguna comedia de Agatha Christie, como ese Testigo de cargo concentrador de otro tipo de famoseo: desde Blanca Romero a Verónica Mengod. Lara Dibildos deslumbra haciendo de anciana irreconocible hasta para Fran, su hijo mayor, que con 14 años ya calza ¡un 48! Lo magnificaba ufana su abuela Laura Valenzuela, casi rozando 80 increíbles años. No los esconde, como tampoco lo vintage de su chaqueta roja de policía montada. Casi alardeaba de tal antiquité: “Es un Chanel con más de veinte años, de cuando María Teresa de Vega -nada que ver con la recompuesta expresidenta rehecha esteticamente por Enrique Monereo– saldó su tienda de La Moraleja”, descubrió a María Kosty y ValentínParedes, en grupo con Carmen de la Maza y Amparo Pamplona, impactante dúo tras verlas noches antes en La memoria del agua, un folletín de Teresa Viejo para La Primera. Es digno de doña Agatha. La primera prepara en marzo expo recordatoria de los 90 años de JoséLuis López-Vázquez, de quien fue su última pareja tras matrimonios con Ana María, la francesa Ketty, FlorAguilar y Cary Antón. Un donjuán muy agarrado: “Me legó sus diseños de figurinista porque así empezó antes que Closas lo descubriera como actor. Proyecto darlos a conocer”, adelantó a Ángeles Martín, que bizqueó con dos parejas tan extrañas como la de Zeus Tous bajo borsalino, hijo de la eterna -y que dure- Sara Montiel y YolandaMartínez, anterior esposa de Rafael Amargo y madre de su hijo.
El bailarín aún provoca risas por su remedo de boda barcelonesa, recordaron ante la entrega de Charo Reina con jovencísimo y gaditano Davor, un moreno de aire doblemente lorquiano buen contraste al colorísticamente abufandado Álvaro Muñoz Escassi -padre del segundo hijo de Larita-, que repartía tarjetas de sus dos restaurantes en Madrid y Sanchinarro. Lleva tres años con su novia, un récord jaleado por María José Suárez a punto de romper porque todavía añora las niñerías de Feliciano López. Mantiene pareja trepidante con RaquelRodríguez y dan que hablar como las rentrées de Ramón Calderón -aún genio y figura tras su debacle merengue- con sus guapas hijas Leti y Miranda, Andoni Ferreño un año alejado por culebrones colombianos, las mosqueadoras ausencias de Finito con Arancha del Sol o la exhibición de piernas que hizo Juncal Rivero pasmando con un blazer negro que solo mostraba el ondulado liguero. Causó mas conmoción que las trampas escénicas de Agatha Christie tan bien hechas por Paca Gabaldón y Fernando Alvés.
Comentarios recientes