Formal entre semana violento el domingo
Uno de los principales expertos en violencia urbana de España explica las claves de cómo personas con gran formación intelectual se transforman durante los fines de semana.
En las últimas semanas se han producido choques violentos en distintos partidos de fútbol, como los celebrados entre el Granada y Elche y entre las secciones menores del Sevilla y el Betis. Muchos piensan que son simples altercados entre hinchadas enloquecidas, pero otros creen que hay algo detrás. David Madrid, policía que estuvo infiltrado en bandas violentas y miembro de la Escuela de Formación del Sindicato Unificado de la Policía, lo tiene claro: “Está ocurriendo lo que llevamos años detectando y trabajando para prevenir y controlar. Son hechos violentos provocados por aquellos que los aficionados no quieren, que la sociedad detesta, pero que se sienten auspiciados por clubs de fútbol que, en mi opinión, no hacen todo lo posible para erradicarlos de sus gradas. No es un problema únicamente con solución policial, esta es una parte importante, pero hay otros actores sociales que tienen que trabajar en este sentido”.
Estos altercados no han sorprendido a los cuerpos de seguridad, que llevan muchos años trabajando en la prevención. “Desde el SUP –explica Madrid-, en los distintos cursos que venimos realizando por toda España sobre los grupos urbanos violentos, reclamamos más atención por parte de todos en esta prevención. El trabajo se está realizando de manera brillante por parte de las Unidades de Intervención Policial, que son los especialistas en esta prevención y control de los actos violentos que realizan individuos amparados en el nombre de un club de fútbol, capaces de destrozar mobiliario urbano y enfrentarse a puñaladas con otros individuos únicamente por pensar diferente. ¿Hay que mejorar? Sí. Necesitamos más medios, unidades centrales especializadas, fiscalías especializadas, formación…”.
Según los datos del agente que mejor conoce estos movimientos, estos grupos tienen una ideología definida. El 80% de los grupos ultras violentos del fútbol español son de ideología nacional- socialista, y el 20% restante son de ideología antifascista e independentista. Su percepción es que se les controla y conoce mejor que hace años, pero hace falta que la ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte se aplique, así como el Real Decreto 203/2010, herramientas que adolecen de regular algunas conductas y de no aplicar las que existen, como, sin ir más lejos, la implantación del libro de registro de aficionados que aparece en la ley, pero a día de hoy no se cumple.
Lo que lleva a los jóvenes del fútbol a radicalizarse, en lugar de disfrutar sencillamente de los partidos y de su equipo, es, según David Madrid, “cubrir un sentimiento de pertenencia, sin duda, sentirse integrados en el grupo, sentirse en su microgrupo, en el que el líder es el violento”. “Se identifican con unos u otros colores de equipos de fútbol, que apenas les importan –continúa Madrid–. Lo que hemos detectado es el aumento de la edad de pertenencia en estos grupos urbanos violentos. Comienzan con 15 o 16 años y antes dejaban de pertenecer a los 25 o 26 años, pero ahora no. Estamos encontrando dirigentes de estos grupos con 45 y 46 años. Se han convertido en ultras de fin de semana. Con un perfil entre semana de lo más normal, trabajadores en todos los estratos de la sociedad, llega el viernes por la tarde y se juntan con su grupo”.
Hace unas semanas, un joven perdió un brazo en una reyerta que parece que estuvo relacionada con la lucha entre bandas juveniles latinas en Vallecas. “España es un país seguro –matiza Madrid- en el que los grupos urbanos violentos, en principio, están controlados. En nuestra opinión, hacen falta más medios, más formación, más recursos y más personal”.
Formación y prevención.
Sus datos demuestran que no existen ciudades concretas en las que esas bandas sean más peligrosas, lo que hace imposible prever dónde se puede producir un estallido de xenofobia: “Lo que sí tenemos que hacer a través de la formación –añade- es dar a conocer a todos los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad cuáles son las realidades sociales. No solo por estar destinados en Madrid o en Barcelona sufriremos estos brotes, en ciudades más pequeñas tienen que estar formados para poder articular medidas de prevención concretas. Otro objetivo que proponemos es detectar problemas, y comunicarlos. Es necesario que los colegios e institutos, lugares de formación de nuestros jóvenes, estén en contacto con quienes pueden solucionar estos problemas, que son asociaciones, ONG, policías y, cómo no, con los padres, que tienen un papel importante. Del mismo modo solicitamos la creación de más fiscalías especializadas en los delitos del odio, para que bajo su dirección las unidades policiales especializadas dejen pocos recovecos para actuar a estas organizaciones de individuos que creen que la violencia es el camino”.
El perfil de los jóvenes que entran en esas bandas y las razones que les llevan a integrarse no es nada concreto. Madrid habla de individuos desarraigados, con perfil económico bajo, sin cultura. Aunque actualmente esto ha cambiado. Ahora hay muchos individuos de clase social media, con estudios de bachiller e incluso universitarios, a los que estos grupo atraen y que se dejan embaucar por sus ideas: “Es reconfortante, en la sociedad en que vivimos, sentirte parte de algo, creer en tu gente, que nunca te va a fallar, por ello estos grupos urbanos que creen en la violencia son atractivos, y no solo para un adolescente, sino para un individuo maduro”.
La situación actual de crisis económica y la tendencia de un sector de los jóvenes a no asumir responsabilidades son un caldo de cultivo, pero también los grupos urbanos violentos de ideología skinhead neonazi han hecho de la lucha contra el inmigrante la base de su ideología, y los skinhead antifascistas han hecho de la clase política su objetivo prioritario, algo que quedó demostrado con las agresiones sufridas por los diputados autonómicos en Barcelona, amparándose en un movimiento pacifista como el 15-M.
Recientemente se ha celebrado un juicio contra tres miembros de un partido de extrema derecha por provocar el odio y la xenofobia. Esta es una ideología que siguen algunos jóvenes, que no son muchos, pero sí “suficientes, para estar en esta sociedad”. “Pero no solo están en España, a nivel internacional, estas ideas de odio y xenófobas están cogiendo fuerza. Hay que estar atentos y actuar. Todavía estamos a tiempo. Tenemos la generación mejor preparada de nuestra historia, con algunos individuos violentos entre ellos. Pero no hay que catalogar a la juventud como violenta”, continúa Madrid.
Alerta sobre redes sociales.
El auge que en los últimos tiempos han adquirido redes sociales como Facebook y YouTube las han convertido en lugares privilegiados de difusión de ideas racistas y xenófobas. David Madrid afirma: “Internet como tal se ha convertido en un escaparate con poco control de estas ideas. Podemos ver conciertos, escuchar música que alude a matar a un moro por ser diferente. Y, sobre todo, se están materializando quedadas para agredirse por pensar diferente entre grupos de ideologías rivales.”
En general, estas ideologías captan por sí solas y la policía únicamente ha observado la figura del captador en los grupos urbanos violentos de origen latino, que han convertido las redes sociales en su canal de comunicación. Si no hay más control, acompañado de un aumento de recursos y formación, no podrá evitar que las redes sociales sean caldo de cultivo de esas ideas y movimientos.
Recientemente, nueve latin kings han sido detenidos tras apuñalar a un joven como castigo por abandonar la banda. Si lo cuantificamos por el número de agresiones y muertos que llevan a sus espaldas, o con su firma, desde que se tiene conocimiento de su implantación en España, se puede afirmar que son el grupo más peligroso actualmente. La pregunta es: ¿cómo hay gente que quiere pertenecer a esos grupos?
Poder de atracción.
“Las sensaciones que se experimentan en estos grupos –explica Madrid- únicamente las encuentras y las vives ahí, desde el compañerismo hasta la confraternización entre el grupo. Cuando además te sientes en un grupo que es apreciado por los demás como fuerte, eso motiva a sus miembros a seguir perteneciendo, les hace más atractivos para el resto. Cuando ejercen episodios de violencia son más fuertes y esto atrae a los individuos. Este es el principal peligro que presentan”.
La pertenencia a estos grupos urbanos violentos en los países de origen tiene en algunos casos que ver con el miedo, algo que no es frecuente en España. David Madrid aclara: “Sí es cierto que en los institutos nos hemos encontrado con muchachos con esos miedos, que, insisto, los formadores tienen que detectar y comunicarlos para canalizar la prevención”.
Las conclusiones que saca el máximo conocedor del tema de las bandas juveniles son claras: “Primero, debemos analizar si tenemos problemas de violencia con los grupos urbanos; sería un error meter a todos en el mismo saco, nosotros diferenciamos entre violentos y no violentos. Seguidamente, si tuviéramos asentados grupos urbanos violentos, habría que reconocer que así es, para a continuación formar a nuestros compañeros a fin de detectar a los individuos que conforman estos grupos y prevenir que cometan estos actos. Asimismo, opinamos que debería existir una legislación específica, como tenemos para los acontecimientos deportivos, para aplicarla cuando hechos violentos sean cometidos por individuos que creen que la violencia es el camino, y que luchan contra el sistema con violencia. También reclamamos la creación de fiscalías de delitos del odio en toda España, hoy día únicamente existen en Barcelona, Madrid y la que recientemente se ha creado en Málaga. La profesionalización de las fuerzas y cuerpos de seguridad en España es muy alta, pero necesitamos medios, recursos, unidades especializadas y formación específica, como la que venimos brindando desde el SUP”.
Precisamente, del 11 al 13 de julio, en el Edificio Municipal 21 de Marzo, de Tres Cantos, el Centro de Estudios e Iniciativas sobre Discriminación y Violencia (Ceidiv) y la Universidad Autónoma organizan el curso Grupos de odio y violencia sociales, en el que destacados miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y profesores universitarios especializados en la materia tratarán sobre todos estos temas.
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