FERIA DE LOS REMEDIOS DE SAN SEBASTIAN DE LOS REYES Tejela sale en hombros por su toreo hondo y templado
Se lidiaron toros de Antonio Bańuelos, terciados, flojos y nobles. Destacó el sexto, premiado con la vuelta al ruedo.
JUAN SERRANO, FINITO DE CORDOBA: estocada baja (una oreja); y dos pinchazos y, otro hondo y bajo (silencio tras un aviso).
JAVIER CONDE: media desprendida y descabello (silencio); y cinco pinchazos y descabello (pitos tras un aviso).
MATIAS TEJELA: dos pinchazos, media baja y dos descabellos
(palmas); y estocada (dos orejas).
Media entrada.
Matías Tejela, que toreó con temple y hondura, arrancó las dos orejas del sexto y se proclamó triunfador de la corrida. Un trofeo benévolo obtuvo Finito en el primero pero lo mejor fue su toreo de capa a la verónica en el cuarto, mientras que Javier Conde tuvo una pésima tarde, totalmente desconfiado.
Finito toreó a la verónica con empaque y temple, pero al hilo de las tablas, sin ganar terreno. El toro cumplió en el caballo y fue muy noble en la muleta. El cordobés basó toda su faena en la mano derecha, toreando con estética, mas siempre despegado. Cuando vencida la faena, toreó con la izquierda sacó un natural enorme, de cartel y luego un par de bellísimos ayudados por bajo. Cortó una oreja.
En el cuarto toreó a la verónica con gran pureza, las manos bajas, las muńecas rotas, la cintura partida y remató con dos medias, una por cada pitón, de singular plasticidad. Toreó de muleta con suficiente facilidad, sin ceńirse, y de nuevo muy despegado. Faena por tanto insulsa.
Conde estuvo desconfiado con la capa al recibir al segundo. El toro, flojo, se defendió en la muleta y Conde le planteó faena en los medios a media altura pero sin quedarse quieto ni una sola vez. El malagueńo tampoco se confió en el quinto en los lances de recibo. El toro fue noble en la muleta y Conde no se inspiró en un trasteo mostrándose precavido, por lo que el publico estuvo agrio en su juicio.
RECREO Tejela se recreó en dos verónicas y media en el saludo al tercero. Ya en los medios y de muleta, sin probaturas, sacó muletazos largos y templados. Aprovechó la bondad del pitón derecho para gustarse en tandas limpias, rematadas por el pecho y por bajo.
En el sexto, un toro muy noble, extraordinario, toreó con empaque, temple y largura. Ligó soberbios derechazos con el de pecho de cabeza a rabo. También hubo dos buenas series de naturales y un final de faena inspiradísimo en el que ligó muletazos por ambos pitones para terminar con unos ayudados por bajo de enorme hondura.
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