Cuentan que dijo de su retrato  que era muy del estilo de Manolo Valdés.

Quizá era el críptico beneplácito –o no– del Rey Juan Carlos I al óleo que presidirá el nuevo salón de Plenos municipal en el Palacio de Cibeles, o de Telecomunicaciones, como se llamaba cuando lo inauguró el abuelo del monarca, Alfonso XIII. “Representa la transición de la monarquía, un rey del siglo XXI”, le dijo el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, de la pintura cedida por el artista a la ciudad.

Don Juan Carlos llegó al Patio de Cristales de Cibeles ataviado con gafas de sol, ocultando el morado de su ojo tras su accidente doméstico-palaciego de hace una semana. La visita fue rápida y protocolaria. Saludó a toda la corporación municipal, más efusivo con Ana Botella, y aguantó estoico los colores republicanos de la solapa de la edil de IU Raquel López.

De la mano del alcalde visitó el nuevo salón de Plenos: una suerte de hemiciclo municipal con forma de elipse en el que hoy se celebrará la primera sesión. De vuelta al Patio de Cristales, el monarca descubrió una placa en su honor mientras algunos operarios le retrataban con su teléfono móvil y se retiraban con una sonrisa de oreja a oreja.Adiós a la casa de la villa

El alcalde pronunció un discurso en el que ensalzó la figura del monarca y renovó con el acto la “lealtad” hacia los valores de apertura y modernidad que representa su figura. Según Gallardón, la confianza de los españoles en la Corona justifica la presencia del retrato “en la cámara en la que Madrid dialoga, debate y resuelve”, detalló Gallardón.

La política municipal abandonará hoy la Casa de la Villa, en la calle Mayor, y se instalará indefinidamente en Cibeles. El salón tiene 69 escaños, a pesar de que hay 59 concejales hoy en día. Está distribuido tres alturas –presidido por el retrato real y un enorme reloj– y encabezado por la mesa presidencial.