El paro y el desánimo por las nubes
La economía centrará el último Debate de la Nación entre Zapatero y Rajoy
El presidentedel Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se examina hoy de su gestión al frente de una crisis económica que tardó en reconocer y en consecuencia de poner hilo en la aguja para buscarle remedios.
La economía será el caballo de batalla de este último Debate de la Nación que preside el líder socialista y llega en un momento delicado para las arcas públicas: el paro rozando los cinco millones de personas, el déficit público por encima de lo exigido en la Unión Europea, la prima de riesgo española al borde de lo que marca la quiebra y un ambiente social más próximo al descontento y pesimismo que a las alegrías de la bonanza.
De hecho, a Zapatero ya le ha pasado factura su gestión, empezando por el tijeretazo que empezó a implantar en mayo de 2010 por ordeny directrices de los socios europeos, que veían cómo la economía españolano era capaz de salir de su estancamiento y doblaba la tasa de paro de los vecinos.
La sombra de Grecia e Irlanda -luego se unió Portugal- era demasiado larga y se temía un contagio y que España tuviera que ser también rescatada. El peso de la economía española es demasiado grande en el club de los Veintisiete y toda la UE sigue con interés las medidas de recorte y austeridad de Zapatero. En ellas va el futuro del euro, incluso.
La debacle socialista
Cierto es que Zapatero tuvo que pasar exámen a sus recortes en el debate de política general de julio de 2010 pero desde entonces hay un hecho que ha cambiado el panorama. En las últimas elecciones municipales y autonómicas el PSOE ha padecido una sangría de votantes y feudos tan emblemáticos como la presidencia de Extremadura y Castilla-La Mancha o alcaldías como la de Barcelona y Sevilla.
Pocos meses antes, en abril, la presión de los barones socialistas para evitar precisamente esta devacle electoral, llevaron al presidente a anunciar que renuncia a la reelección en 2012. La posibilidad de que se adelante la cita a las urnas, prevista en principio para el próximo mes de marzo, está ya situada en el debate público. Más pistas del desgaste socialista: la ventaja del PP de Mariano Rajoy sobre el PSOE ha pasado en un año de 6,3 a 10,4 puntos.
La estadística, además, se empeña en mostrar que los recortes y la austeridad no mejoran resultados. El Gobierno sacó adelante por libre la reforma laboral, para abaratar el despido, entre otras medidas; ha logrado consensuar con sindicatos y patronal el retraso de la edad de jubilación de 65 a 67 años y está inmerso en la reestructuración del sector bancario (del que Zapatero había presumido de que su fortaleza estaba a prueba de bomba) y en la negociación colectiva.
Sin embargo, el desempleo sólo ha dado un respiro con la temporada turística. Son frutos pasajeros porque la gran mayoría de los contratos son temporales y en el sector de servicios. En un año, el número de parados ha crecido en casi 300.000 hasta situarse en 4,9 millones en el primer trimestre del actual ejercicio, es decir, el 19% de la población activa.
Si entre abril y junio de 2010, el PIB había crecido el 0,3% pero estaba estancado en términos interanuales, ahora el avance trimestral ha sido idéntico, aunque ya se observa un crecimiento del 0,8%, insuficiente para crear empleo, según todos los expertos.
La crisis económica tiene traducción en la institucional y política. El último barómetro del CIS ha demostrado que la ciudadanía está muy descontenta y desconfía de la clase política para solucionar los problemas. Para el 22% de la población, de hecho, es el principal problema que tiene el país.
Prueba de ello es el movimiento del 15-M, que evidencia la distancia entre administradores y administrados. Los indignados se niegan a que sea la ciudadanía la que pague el pato de los excesos anteriores, mientras, por ejemplo, la banca recibe ayudas públicas.
Los últimos datos también indican que no hay espacio para el optimismo y que lejos de ver el final del túnel, para el 44% de los españoles la crisis aún cree que las estrecheces durarán mucho tiempo. El gran pesimismo en el futuro sólo lo comparten con los estonios.
Comentarios recientes