El misterio del niño de Somosierra
Juan Pedro Martínez, de 10 años, estaba contento aquel 24 de junio de 1986. Por fin sus padres, Andrés Martínez y Carmen Gómez, lo llevaban de veraneo a conocer el norte de España y a ver vacas de leche, una de sus mayores ilusiones. La familia se subió aquella tarde a las siete al camión cisterna de Andrés, que transportaba 25.000 litros de ácido sulfúrico, con un cien por cien de pureza, desde su domicilio de Fuente Álamo (Murcia) hasta Bilbao.
Pero a las seis de la madrugada del día 25 de junio el camión perdió el control y se salió de la Nacional I, a la altura del kilómetro 94, bajando el puerto de Somosierra, a 120 kilómetros por hora, cuando el límite de velocidad era de solo 90. En el accidente resultaron implicados cuatro camiones, que chocaron entre ellos.
La Guardia Civil llegó pronto al lugar y encontró los cuerpos de los dos adultos sin vida en el amasijo en que se había convertido la cabina del camión. Cuando recibió la llamada de los guardias, la abuela María, madre de Carmen, entre lágrimas, les preguntó por el paradero de su nieto. Los agentes de Tráfico, asombrados, entendieron entonces el hallazgo de ropa y cintas de música infantil en la cabina, pero no supieron responder a la afligida mujer. El accidente provocó que el camión ardiese por el ácido que transportaba.
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