“El mayor enemigo de la Iglesia está dentro”
Ha construido una ciudad dentro de un pueblo. Grandes edificios en pleno Campo Charro. Ese es el colegio La Inmaculada, la obra de Juan Trujillano, don Juan. Los nińos le paran, le besan. Le veneran. Y se queja, entre una eterna sonrisa, de la soledad a la que le someten las instituciones.
–żEl Colegio La Inmaculada es una utopía?
–Un poco sí. Esto no lo pretendía hacer nadie y yo tampoco. Lo empecé cuando me echaron aquí desde el CEU de Madrid. Y me mandan porque la guerra dejó su seńuelo de sangre.
–żUsted también quiere hablar de ganadores y perdedores de la guerra?
–La nueva discusión es mentira, un cuento. Los que hemos vivido ese diálogo no hablamos. El problema de Espańa era la clasificación que se hizo, basada en los niveles culturales.
–żY ahora sólo vence el dinero?
–Ese es otro problema. Estamos en el capitalismo. Y todos son capitalistas. Dígame qué socialista se retira pobre. Estamos en el poder de la economía y su manejo es el secreto de un país.
–żPor qué su acercamiento a Latinoamérica?
–Este colegio surge para organizar la emigración espańola en los ańos 60. Y yo quería que se fueran con un poco de cultura. Más tarde me abrí a los hijos de los emigrantes. Luego, la ley del 70 acabó con las ayudas y, más tarde y por la llegada de inmigrantes, tuve que abrir los ojos a Latinoamérica. Los que tienen que levantar a Hispanoamérica son los hispanoamericanos. Por ello hay que prepararlos, para que levanten su país; hay que montar una estrategia para levantar la clase media.
–żPor qué no hace lo que el que fuera obispo de Palencia, Nicolás Castellanos, que dejó todo para irse a Sudamérica?
–Yo soy más eficaz aquí, viviendo con ellos, en contacto constante, preparándolos a fondo y exportarlos con una cultura.
–żQué le parece lo que hizo Nicolás Castellanos?
–La Iglesia no es ni los obispos, ni los curas, ni los que se dicen cristianos. Son gentes que intentan salvarse dentro de un mundo difícil.
–żCree que la Iglesia está perseguida en Espańa?
–El mayor enemigo que tiene la Iglesia está dentro, y no es otro que la falta de autenticidad de algunos.
–żEsos algunos forman parte de la clase dirigente?
–Están en todas partes. Es gente no convencida de verdad, que no está entregada a su idea.
–żHay persecución dentro de la Iglesia Católica?
–Claro que la hay y la habido siempre y la seguirá habiendo.
–żContra quién?
–No lo sé. Mire, el hombre es una pobre persona que lleva dentro de él un ídolo, que es él mismo. Y la Iglesia es la única religión que predica el amor y no la guerra. żEs más Iglesia quien se pasea por la Plaza Mayor de Salamanca que yo?
–żA Quintín García, el cura de Villoria, le están persiguiendo?
–Qué va.
–żY qué le está ocurriendo?
–Que hay mucho Quintín García. żSabe cuánto llevo yo sin cobrar un duro de la Iglesia? Desde el ańo 65, que me quitó el sueldo el obispo Mauro. Y no me sublevo contra la Iglesia.
–żSe ha sentido perseguido?
–No. La vida se compone de varias partes: los que hablan, que son a los que se aplaude, y los que quieren ser capiteles y protestan cuando son rebajados a ménsulas. Ese es el caso de Quintín (García). El caso es llamar la atención, aunque no creo que sea mal chico.
–Un grupo de católicos manda anónimos contra el Obispado.
–żA quién llama católico, a un seńor que no da la cara? No creo en él.
–żNo cree que a la Iglesia la destrozan desde dentro?
–Y desde fuera. Porque a todos nos da donde nos duele. Un Papa como el actual, que se ha jugado el tipo y que ha deshecho el comunismo, no ha destrozado la Iglesia.
–El Papa no hace mucho por las bases de la Iglesia.
–żUsted cree? No es mi opinión.
–żEl Vaticano ha dado fuerza al Opus Dei?
–No lo sé. Está claro que el Opus tiene sus sombras, como todo lo humano, pero ha demostrado que los mayores intelectuales han recalado en el Opus, que la Universidad de Salamanca va para abajo y la de Navarra, para arriba. Y yo me pongo enfermo y me voy a Navarra.
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