El Manchester United acaricia la final de Wembley, del día 28 de mayo.

En una actuación magnífica, el grupo de Alex Ferguson derrotó sin contemplaciones (0-2) al, hasta ayer, equipo revelación de la Champions: el Schalke 04 de Raúl, impotente esta vez ante la clara superioridad del rival.

Los goles llegaron, de forma casi consecutiva, cuando rodaba la segunda parte. Fueron obra de dos de los futbolistas más emblemáticos del United: Giggs (minuto 67) y Rooney (69). Sin embargo, el conjunto de Manchester pudo sentenciar mucho antes.

El portero Neuer evitó que el marcador resultara escandaloso. Al Schalke, la cita, pareció que le vino grande y apenas inquietó la portería del veterano Van der Sar.

Chicharito, que al final se quedó sin marcar e incluso le anularon un tanto por fuera de juego, fue otro de los elementos más peligrosos de un United que busca su cuarto cetro europeo, que desea revalidar su Champions de 2008 y resarcirse de la derrota ante el Barça, en 2009.

Sin sueño

Curiosamente, los goles ingleses se produjeron cuando las revoluciones del United habían bajado, después de una primera parte llena de ritmo y oportunidades.

En todo caso, el equipo de Manchester siempre fue muy superior a un Schalke que pondrá el punto final a una trayectoria tan sorprendente cuanto meritoria en la máxima competición continental.

El sueño de Raúl de enfrentarse a Barça o, sobre todo, Madrid, en la final de Wembley no se producirá, salvo sorpresa mayúscula, el próximo miércoles en Old Trafford.