El Macartismo regresa
11 de Marzo de 2011 | ADN.es
Que un antiguo simpatizante del IRA irlandés organice una caza de brujas en el Congreso para cargar con el mote de terroristas a los estadounidenses que rezan mirando a la Meca, que tienen en su mesilla una copia del Corán y en vez de ir a misa se meten a las mezquitas para orar más que nadie es una demostración de que los parlanchines, racistas y los radicales ideológicos republicanos mandan en Washington más que un presidente cada vez más empequeñecido.
El congresista Peter King reconoce que sigue enloquecido por el 11 de septiembre y las imágenes de las Torres Gemelas ardiendo, y le retumban los oídos con los lloros de los niños de los bomberos y policías de su barrio de Long Island, a las afueras de Nueva York, que murieron en el ataque terrorista. Y ahora que es el presidente del comité de Seguridad Nacional ha decidido lanzarse en una campaña propia del Macartismo para salvar a la nación y castigar a los más sospechosos: los musulmanes que aprovechan las libertades que hay en este país para tramar atentados contra Estados Unidos y sus ciudadanos.
Y que rezan en sus mezquitas, enjambres de terroristas, escondite de gente que radicaliza a los jóvenes musulmanes o a los de otras religiones que se convierten al islam y que son muñecos de trapo para los imanes extremistas que atrapan en sus redes a los incautos, desconsolados y a los más débiles. “La mayoría de los musulmanes son ciudadanos nobles y leales norteamericanos pero…no podemos cerrar los ojos a la realidad”, suele decir.
En la mente de King, los seguidores de Mahoma son pecadores que atentan contra los valores de democracia, libertad y oportunidad para todos que ofrece Estados Unidos. Para él insultar a los musulmanes convocando en Washington una pantomima de vista pública para crucificarlos es la oportunidad de salvar una carrera política que no da para más. Porque si a este king (rey) del racismo, la discriminación y la persecución religiosa por el aspecto de la piel, los libros que se leen y la ropa que se viste le quitan el 11 de septiembre se queda en nada.
En un político oportunista y profesional que alimenta los peores instintos de muchos norteamericanos que caen con facilidad en la red de estos mensajeros de la justicia y de la defensa de la patria. El acusa a los imanes de promover su odio contra la nación desde la mezquitas y no se da por aludido cuando él promueve la intolerancia y la discriminación desde el Congreso o desde cualquier pub irlandés donde le invitan para regalar de halagos a los muertos el 11 de septiembre. Incluidos, parece olvidarse, los musulmanes que también murieron en las Torres Gemelas.
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