“Noventa minuti en el Bernabéu son molto longos”, le dijo una vez Juanito con su guasa malagueña a un italiano con el que acababa de perder un partido de ida de la Copa de Europa. Y, parafraseando al mítico jugador del Real Madrid, me atrevo a decir que “noventa días en Bruselas son molto longos”.
Como sabrán, una jueza ha cursado una orden de detención contra Carles Puigdemont y cuatro de sus exconsejeros por no acudir a declarar. Y noventa días es lo que se calcula que tardará en aclararse si son entregados a España. Hasta ese momento, no podrán abandonar suelo belga. Y, si al final Bélgica les da la razón, se tendrían que quedar allí sine die si de verdad quieren esquivar a la Justicia española.
¿Aguantarán pasar el invierno en un país más pequeño que Cataluña y cuyas fronteras están a apenas una hora y media en coche desde la capital? ¿Soportarán la lluvia fina, el cielo encapotado y las pocas horas de luz durante estos tres meses? ¿Están dispuestos realmente a pasar las fiestas navideñas lejos de sus casas y sin sus seres queridos?
Bélgica es mucho mejor que la cárcel de Estremera, pero tengo la sensación de que ninguno de los cinco llegará a pasar todo el invierno en Bruselas si en los próximos días el resto de sus excompañeros (Junqueras y compañía) sí que vuelven a casa por Navidad.
anieto.tiempo@grupozeta.es
[Artículo publicado en la revista TIEMPO el 17 de noviembre de 2017]
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