El matador de toros salmantino Eduardo Gallo, que el pasado domingo sufrió un percance en el festejo celebrado en San Sebastián de los Reyes, tendrá que pasar por el quirófano en unos días, “una vez que me baje la inflamación en la cabeza y en la cara, porque tengo el cráneo fisurado”.

El torero, que a pesar de los dolores que sufre se mostraba de muy buen humor, aseguró que “tengo el ojo y la cabeza bastante hinchados, además del cuello. Lo que menos me molesta es la cornada en el escroto”.

Eduardo Gallo, que recibió el alta hospitalaria en la mańana de ayer y pasó unas horas en el hotel Foxá de la capital de Espańa, recuerda que al voltearle, el toro le dio con el testuz, lo que le produjo las lesiones en la cabeza y el cuello.

RECUPERACION Confía en que el proceso de recuperación no sea muy largo, “lo único que estamos esperando es que se me quite la inflamación para poder entrar cuanto antes al quirófano. Mi intención es reaparecer el día 10, en un pueblo que ahora no recuerdo, pero lo que sí es seguro es que estaré en La Glorieta el día 15 haciendo el paseíllo”.

Por el momento, Gallo no pierde ningún festejo, ya que no tenía contratos hasta la fecha de su reaparición.

Este ha sido el primer percance que Eduardo Gallo ha sufrido como matador de toros desde que tomara la alternativa el pasado día 9 en la plaza de Illumbe, en San Sebastián. Como novillero ya había sufrido otras cogidas, la más importante la de Ledesma, el pasado mes de junio.

El torero, que regresó a su domicilio de Salamanca en la tarde de ayer, aseguró que nada más despertarse en la enfermería “quería salir a matar el segundo toro, pero, al incorporarme, me mareaba, por lo que no me dejaron que volviera al ruedo. Era una tarde muy importante para mí porque actuaba con El Capea y no quería dejarme ganar la partida”. Gallo recibe ahora los cuidados de su familia y amigos, además de atender las numerosas llamadas que recibe para interesarse por su salud.