El batacazo obliga a otras ideas y liderazgos
Un batacazo sin precedentes. Alfredo Pérez Rubalcaba cosechó ayer con 110 escaños los peores resultados del PSOE en unas elecciones generales desde la reinstauración democrática. Y, ocurre, cuando el poder autonómico y local del PP es casi total, y el del PSOE, exiguo. El mapa político español es más azul que nunca.
El PSOE debe asumirlos resultados. De verdad, no como en mayo pasado, cuando la derrota no pasó ninguna factura: José Luis Rodríguez Zapatero ya había anunciado que no se presentaría a la reelección, y los líderes regionales vapuleados por los electores se han mantenido en sus cargos.
Una vez asumida la catástrofe, ha de llegar la reflexión. El PSOE no podrá reencontrarse con sus votantes con las mismas personas que los han perdido de semejante manera. Rubalcaba habría sido un buen candidato en otras circunstancias, pero la herencia de la crisis y su vinculación con un Gobierno que sale de Moncloa con cinco millones de parados y el mayor ajuste acometido por un Ejecutivo central le han puesto en una situación imposible. El futuro socialista no puede pasar por Rubalcaba, y anoche en Ferraz ya hablaban de Patxi López y Carme Chacón, aunque tanto PSE como PSC también se hundieron.
Por eso, el PSOE debe, en su congreso, cambiar las personas (Zapatero sigue siendo secretario general), para que emerjan nuevos liderazgos y proyectos, y se ponga especial atención a la crisis de votos en Madrid y Valencia. Y, todo ello, sin distraerse de los problemas de España. Como partido central, debe hacer una oposición responsable ala gestión de la crisis que haga Rajoy.
Comentarios recientes