La llegada de un agente municipal anunciaba la victoria. Anuar y su familia evitaban de momento el desahucio de su vivienda gracias al medio millar de personas que se apostó desde las 9.30 en la puerta de su casa y dentro de todo el edificio, el 14 de la calle del Naranjo (Tetuán).

La acción contra el desalojo de la vivienda estaba convocada por la Plataforma de Afectados por las Hipotecas y apoyada por Democracia Real Ya, cuya manifestación dio origen al Movimiento 15-M.

El desenlace, un éxito para los convocantes, se vio empañado por la acción de un pequeño grupo de exaltados contra el líder de IU, Cayo Lara, que había acudido a título personal.

Lara, junto a unas 500 personas, llevaba desde las 9.30 frente al bloque. Su presencia no había pasado desapercibida, pero no fue increpado hasta casi dos horas después, cuando los medios de comunicación se multiplicaron y buscaron sus declaraciones.

Un grupo empezó a corearle “oportunista” e “Izquierda Unida nos vende al PP”, por los pactos de la formación tras las elecciones, y le vertió una garrafa de agua encima, contradiciendo el principio pacífico del Movimiento 15-M.

“También tengo derecho a manifestarme y he pedido permiso a los organizadores”, señalaba Lara, que se marchó tratando de responder a los que recriminaban su presencia. Los hipotecados señalaban que Lara les acompaña desde hace tres años. “Venimos a parar un desahucio”, recordaba por megafonía un portavoz.

Y a eso se dedicó la mayoría durante las cinco horas que duró la acción, vigilada en todo momento por agentes antidisturbios. “Que no, que no, que no nos desalojan”, coreaban frente a la vivienda mientras el abogado, en el interior, trataba de confirmar con el juzgado que el desahucio se frenaba. Los aplausos celebraban la retirada del secretario judicial. La sucursal bancaria que pretendía el desahucio fue la siguiente parada de la protesta. Cerró ante la llegada de los indignados.