Diez productos que gustosamente comprarías borracho
Cuando no existen filtros y necesitas:
Una de las ventajas de comprar borracho es que olvidas los prejuicios y las barreras que pueden separarte de absurdos objetos que nunca vas a usar, prendas que nunca te vas a poner y mierdas random que no sabes cómo explicar cuando otros reciben el paquete. Es lo bonito de perder el sentido de la crítica y despojarte de cualquier filtro.
Es por ello que he pensado en todas aquellas cosas que por uno u otro motivo jamás compré y que, seguramente, habría hecho de haber disfrutado de un estado de embriaguez que las justificara. En esta lista, apta para gente rata y señores con síndrome de Diógenes, no hay nada de camisetas mierder y objetos sinsentido. Aquí solo hay productos pensados para justificar la compra con un estado de alienación desafortunado:
Contenidos del artículo
- 1 El cochecito solar unidireccional
- 2 Llavero del Cocodrilo Sacamuelas
- 3 Sudadera de león pseudoradiactiva
- 4 “Hermosa Cara De Mono Orquídeas Semilla”:
- 5 Cabestrillo para la cabeza:
- 6 Maletín de supervivencia y suave esponja interior:
- 7 Cojines que imitan fielmente el interior de una fruta y/o verdura ya de por sí fea por fuera:
- 8 Los patos visualmente hirientes que se iluminan:
- 9 La confianza que tiene que darte que tu hijo se dedique a morderlo en la bañera es solo comparable a la diversión que es capaz de aportar en plena rave. Un patito con luz y un borracho jamás podrían llevarse mal.
- 10 Un par de compresas que absorben el sudor:
- 11 La rana lisérgica
El cochecito solar unidireccional
El juguete no va absolutamente hacia ningún lugar predeterminado que no sea un punto situado en línea recta metros delante. Su uso se limita a ponerlo bajo el sol y dejar que avance y avance. Salvo pegarle el teléfono con Pokémon Go y atarlo a un poste, uno es incapaz de encontrarle utilidad sobrio.
Llavero del Cocodrilo Sacamuelas
Probablemente borracho adquiera mucha más gracia pero lo cierto es que sobrio solo me asalta una pregunta: ¿en qué pantalón meto semejante llavero? Su breve y frágil existencia se limitaría a un par de tardes en unos vaqueros que, desgraciadamente, hoy día no se caracterizan por su amplitud para guardar objetos en los bolsillos.
Sudadera de león pseudoradiactiva
Seamos sinceros, las prendas de gatos mutantes son bazofia y nadie en su sano juicio (sea cual sea la cantidad de alcohol en vena) se las compraría. Para hacer la gracia en los foros está bien, pero nadie compra sudaderas de este palo para acercarse al parque más cercano a sacar al perro:
Lo que sí haría un borracho con una tarjeta de crédito sería comprar una de un león. Ahí, representando toda su virilidad, felino indomable, valiente y corajinoso. Lo cierto es que las posibilidades de ponértela posteriormente tienden a cero y su olor característico, puro bazar asiático, no va a ser la mejor arma para afianzar tus relaciones sociales. Y es que jamás la sacarías del armario, pero joder, el león está guapísimo.
“Hermosa Cara De Mono Orquídeas Semilla”:
Si tecleas estas ilustrativas palabras en tu buscador más cercano hallarás estas semillas que, de haberlas descubierto un sábado noche, probablemente ya inundarían tu Instagram.
Cabestrillo para la cabeza:
Por doce euritos puedes estirarte las vértebras y con un poco de suerte pillarte una baja laboral. ¿Qué precio tiene dormir la siesta de pie? ¿eh? ¿qué precio? Producto no recomendado para gente con filias sexuales extremas.
Bonus track:
Inventazo sin necesidad de alcohol por medio. Jaque mate a ese tipo que te roba el espacio del reposabrazos allá donde vayas.
Maletín de supervivencia y suave esponja interior:
Mi yo borracho “pensaría”: “¿Y si no lo compro y luego me hace falta?”. Una caja de supervivencia que, probablemente, jamás utilices y que a buen seguro perderías en casa tras años en el armario. Eso sí, parece chula para dejársela en las representaciones de teatro a los críos o guardar la colección de figuritas del Roscón de Reyes. Y, yo que sé, nunca sabe uno cuando va a tener que sobrevivir al fin del mundo.
Cojines que imitan fielmente el interior de una fruta y/o verdura ya de por sí fea por fuera:
Chafarle la vuelta a casa de las vacaciones a tu familia por unos nueve euros puede ser maravilloso. Cutres como ellos solos, los más inquietantes son sin duda el de calabaza, tomate y lombarda. Con un par de gin-tonics resultan extremadamente originales e incluso crees que pueden quedar bien. A la mañana siguiente pensarás por qué existe alguien a lo largo y ancho del mundo cuyo criterio establece que el corte transversal resulta bonito no solo en el limón y la sandía. Aquí más en detalle:
Los patos visualmente hirientes que se iluminan:
La confianza que tiene que darte que tu hijo se dedique a morderlo en la bañera es solo comparable a la diversión que es capaz de aportar en plena rave. Un patito con luz y un borracho jamás podrían llevarse mal.
Un par de compresas que absorben el sudor:
De gran utilidad, innegable, pero ese momento en que tus amigos descubren que llevas sendas pegatinas en las axilas resulta realmente incómodo. O ese instante en el que invitas a tu pareja a casa y te quitas la camiseta. Erotismo desenfrenado para borrachos.
La rana lisérgica
Un juguete con cara de rana es otra de esas cosas que a buen seguro comprarías tras llegar ebrio a casa. Soltarla en el lavabo al despertar podría hacerte olvidar todo lo malo que sucedió la noche anterior. A lo mejor la compraste porque pensabas chuparla y conseguir un efecto colocante tras haber visto aquel capítulo de Los Simpsons.
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