De los palos del fraile a más de 30 juegos
Cuando el padre Nano impulsó el golf en Quintana del Monte nadie tenía el equipo para practicar este deporte. “Al principio jugábamos todos con los palos del fraile. Había que guardar turno hasta que te tocaba golpear la boa. Poco a poco nos fuimos aficionando unos cuantos vecinos del pueblo y ahora somos ya 10 los que tenemos nuestros carros y otros 20 más que tienen sus juegos de palos”, asegura Eliseo Iglesias que ahora que la rodilla no le permite correr maratones espera a recuperarse matando el gusanillo con una partida en las eras que pisaba cuando era un chaval que no sabía que había un deporte que se pudiera practicar allí que no fuera correr o dar patadas a un balón con el resto de los jóvenes del pueblo”.
Eliseo tiene muy claro por qué ha crecido la ‘fiebre’ por el golf en Quintana: “Este paisaje engancha, además jugando una partida de golf hacemos ejercicio y nos reímos mucho y eso es muy importante”, señala Eliseo Iglesias que cree que un campo rústico como el que ahora hay en su pueblo hace un gran bien a la gente “porque ahora los que viven aquí todo el año hacen más ejercicio y eso redunda en la salud. Ha sido una gran idea”, remata uno de los que más han hecho por impulsar este campo en Quintana.
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