Cualquiera hubiera dicho que era misión imposible conseguir tal expectación en una cuarta entrega de la trama protagonizada por el espía Ethan Hunt. Sin embargo, a base de viandantes, fisgones y curiosos famélicos de una foto, un choque de manos o un autógrafo de Tom Cruise, la esquina de los cines Callao de Madrid se inundó de gente en un incesante goteo que desembocó en tormenta con la llegada del actor.

Turistas sorprendidos por la inesperada coincidencia se mezclaban con los ruidosos fans empedernidos y de edades de lo más dispares. “Vengo desde Guadalajara sólo para ver a Tom”, decía Míriam Bermejo, una seguidora del eterno sex symbol que había pasado la noche previa visionando una a una las películas de esta saga de aventura y espionaje.

UN ENCUENTRO DEL FAMOSEO

Mientras, por la alfombra roja pasaban famosos como Fran Rivera, la Duquesa de Alba con su marido o Guti con su nueva novia, entre otros.

Entre tímidos gritos y agolpamiento de curiosos, Cruise irrumpía en la Gran Vía junto a sus compañeros de reparto Simon Pegg y Paula Patton. Sin prisa, el actor saludaba a sus cerca de 300 fans, hablaba con ellos y firmaba autógrafos.

Cualquier extravagancia era poca para llamar la atención del chico de la eterna sonrisa. Un grupo de jovencitas, pandereta en mano, se dejaba los pulmones llamando al actor. Otros, enfundados en merchandising del filme, estiraban los brazos en busca de un saludo, de un guiño improvisado.

En Madrid el recibimiento fue un poco más contenido que en la presentación de Tokio hace unas semanas. Ahora habrá que ver si tras el estreno de la película este viernes, la cuarta entrega resulta tan imposible o no…