02 de Septiembre de 2010 | Daniel R. Caruncho

Ojo. Que no les embauquen. La nueva temporada televisiva trae lo mismo que la anterior: ni los cambios de decorados (memorables los neones de churrería de feria del plató de Sé lo que hicisteis, que ayer ofreció un gag gracioso a su costa) ni de título (El Hormiguero 2.0ofrece el plan renove más patillero de la Historia) sirven para maquillar el continuismo de la programación. Si algo funciona… ¿para qué tocar nada?

Ahí sigue, por ejemplo, Españoles en el mundo, que cosecha en La 1 audiencias excelentes -19,7% de share y 2.776.000 espectadores el martes- pese (o gracias) a su fórmula reiterativa. La última entrega se situaba en Kuala Lumpur, pero da igual si la acción transcurre en la capital malaya o en Salzburgo: el programa siempre alcanza su clímax con ese diálogo de…

-¿Qué es lo que echas de menos de España?

-El jamón [pronunciado “El hamónj”].

El martes, sin embargo, dos expatriados catalanes dijeron que lo que añoraban era… el fuet. Ay. En Intereconomía ya preparan el látigo.