Se tardaba 20 minutos en ir andando de un laboratorio a otro. En Usera, a poco más de un kilómetro de distancia entre sí, las dos cocinas se dedicaban el corte de cocaína base, cada una para una organización de narcotraficantes. Ambas han sido desarticuladas en apenas tres días, según señaló ayer la Jefatura Superior de Policía.

Ambos laboratorios se descubrieron casi por casualidad. Al primero, ubicado en el 232 de la calle de Antonio López, los agentes llegaron para detener por mandato judicial a John Jairo S. G., colombiano de 39 años y habitante de la vivienda. Abrió la puerta y fue detenido.

Su compañero de piso, consciente de lo que albergaban, salió corriendo al ver a los agentes y fue interceptado en el portal por la patrulla de apoyo. La vivienda despedía un fuerte olor a acetona, líquido con el que se lava la coca base. La policía registró el lugar y halló la cocina, medio kilo de coca y 30 kilos de sustancia de corte.Ajuste de cuentas

El segundo laboratorio apareció la noche del lunes, tras un ajuste de cuentas en un piso de la calle de Nicolás Sánchez. Alberto Gaviria, de 43 años, fue tiroteado y al acudir al suceso los investigadores encontraron otro laboratorio para manipular cocaína en el interior de la vivienda.