Bankia devuelve el dinero
La entidad financiera ha optado al final por la solución más barata y, según dicen sus directivos, “la más justa”. Bankia quiere pasar página y comenzar una nueva etapa de relaciones con los inversores.
Aquel lunes, 18 de julio de 2011, no fue una de las mejores jornadas para quienes habían diseñado la salida a bolsa de Bankia. Después de una complicada y dura campaña comercial para colocar las acciones entre inversores y clientes, la entidad, presidida entonces por el exministro Rodrigo Rato, tuvo que rebajar un 15% el precio. Los títulos de Bankia saldrían finalmente a 3,75 euros en lugar de los 4,41 que habían sido fijados previamente como precio mínimo. La bolsa no estaba entonces para muchas alegrías, pero la entidad necesitaba imperiosamente los 3.400 millones de euros que recaudaría con la operación para cumplir con los requisitos mínimos de solvencia.
Aquella rebaja que en su día fue una mala noticia se torna ahora en una buena nueva, porque reduce también la factura que Bankia va a tener que pagar a los accionistas minoritarios que compraron acciones entonces y que ahora podrán recuperar su dinero mediante un acuerdo automático con la entidad. Los 1.840 millones provisionados por el banco para hacer frente a estos pagos habrían tenido que ser algo más de 2.100 millones. Pero eso, que es importante para los inversores y para el dueño de Bankia (el accionista mayoritario es el Estado español a través del FROB), no es lo que más preocupa a los pequeños ahorradores que acudieron confiando su dinero a la compra de acciones de Bankia que ahora no valen casi nada.
Aunque Bankia cotiza en bolsa en la actualidad a precios en el entorno de los 80 céntimos de euro, lo cierto es que aquellas acciones originales de 2011 valen cien veces menos, ya que el 13 de abril de 2013 el banco decidió hacer una agrupación de títulos en la que dio uno nuevo por cada cien antiguos a los accionistas. Esto quiere decir que a precios anteriores a esta operación, las acciones de Bankia cotizarían ahora a menos de un céntimo frente a los 3,75 euros a los que fueron colocados en su salida a bolsa. Pero esto, que es importante también para entender la historia, tampoco es lo que más preocupa ahora a aquellos pequeños accionistas, porque lo que van a recuperar es la cantidad íntegra que invirtieron más un interés del 1% anual.
La devolución estaba prácticamente cantada desde que hace dos semanas, con motivo de la presentación de los resultados del banco, sus máximos responsables, José Ignacio Goirigolzarri (presidente) y José Sevilla (consejero delegado), desvelaran que los pleitos con los accionistas que reclaman la devolución del dinero le podían costar a la entidad 500 millones de euros por el pago de costas y tasas judiciales (ver “Bankia pelea contra las costas judiciales” en Tiempo, número 1.733). Después de dos sentencias del Tribunal Supremo que daban la razón a dos pequeños ahorradores y dejaban sentado que esos accionistas de menor tamaño no tuvieron oportunidad de comprobar que las cuentas no eran como se les presentaban, seguir con los pleitos era la opción más cara.
Bankia ha optado finalmente por un procedimiento extrajudicial, más barato porque ahorra costas, y mucho más rápido, porque en quince días se hace efectiva la devolución del dinero. Esto no sirve para los inversores institucionales. Para los pequeños, solo se aplicará a quienes aún conserven la propiedad de aquellas acciones desde el día de la salida a bolsa y para quienes las hayan vendido a un precio más bajo. La propia Bankia dice que en este tramo minorista el banco colocó 1.855 millones de euros en julio de 2011 y que de esa cantidad, 255 millones corresponden a acciones que fueron vendidas antes de marzo de 2012 (cuando empezaron a bajar en picado, poco antes de la intervención del banco), por lo que sus antiguos dueños las vendieron sin pérdidas o con beneficio y por tanto no tienen nada que reclamar.
Procedimiento. Quienes tuvieran compradas las acciones a través de una oficina de Bankia, solo tendrán que ir a una sucursal del banco y firmar un impreso de reclamación para que se les devuelva la cantidad invertida más el 1% de interés anual. Para los accionistas que compraran los títulos a través de otros intermediarios, tendrán que hacer lo mismo pero aportando un extracto oficial de su cuenta de valores en la entidad que se las comprara. Bankia calcula que en quince días tendrán su dinero restituido y quienes lo reciban habrán renunciado a cualquier reclamación posterior, por lo que el asunto quedará zanjado.
En el caso de que los accionistas aún conserven los títulos, deberán devolverlos al recuperar su inversión inicial, por lo que la operación consistirá técnicamente en una recompra de acciones por parte de Bankia. Para quienes recuperen las pérdidas que les ocasionó venderlas a un precio menor al de salida, la operación será algo así como una indemnización pactada por los daños ocasionados.
Una nueva etapa. Para Bankia, aparte del ahorro en costes judiciales, este proceso supondrá también cerrar definitivamente un capítulo de su historia y dejar de ser noticia por procedimientos judiciales de reclamación, para poder pasar a una etapa de consolidación de sus cuentas y ser noticia por la gestión, como cualquier otra entidad financiera.
Desde el punto de vista de las cuentas del banco, la devolución de estas cantidades no va a suponer un quebranto del beneficio de Bankia, sino todo lo contrario. La entidad ya tenía previsto el procedimiento desde el mismo momento en el que hizo las provisiones de fondos para atenderlas.
La parte que sean gastos (ahora se incluyen ahí los intereses compensatorios pero se eliminan las costas judiciales) irán a la cuenta de resultados de la entidad y, por tanto, se cargarán contra beneficios, aunque es posible que la operación genere un resultado positivo porque tenga provisionados costes superiores. Sin embargo, las cantidades que corresponden al valor de las acciones, se cargarán contra los fondos propios del banco, porque ahí es donde quedaron apuntados en la salida a bolsa. Y esto no tiene efectos sobre el resultado y tampoco supondrá un impacto importante sobre los ratios de capital de la entidad.
La operación fue bien acogida por los mercados, como lo demuestra el hecho de que después del anuncio del inicio del proceso de devolución, la cotización de Bankia subiera en bolsa durante las primeras horas casi el doble que el resto de los bancos competidores.
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