Aumenta el número de personas que viven solas
Madrid cuenta cada vez con más familias pero de menor tamaño
Nacho Fernández, cuenta como vive, sobre la azotea del CBA.
En la Comunidad de Madrid existen 2,2 millones de hogares con una composición cada vez más variada. Si bien la familia tradicional, formada por padres e hijos, sigue siendo la mayoritaria (44,1%), destaca el número de personas que viven solas, que ha aumentado un 32,3% en los últimos cinco años hasta situarse en el 18,95% del total de hogares madrileños, casi dos de cada 10.
Según un estudio presentado ayer por la Consejería de Asuntos Sociales, basado en datos del CIS, la EPA y el Censo de Población y Vivienda, la región “tiene más hogares pero de menor tamaño”. Así, de los 3,26 miembros que tenían de media las familias en 1991 se ha pasado a 2,7 en 2010.
El informe refleja también el crecimiento de modelos de convivencia distintos al “tradicional”, como las parejas sin descendencia (21,95%), las madres solas o con hijos (7,45%), las familias que viven con otros parientes (4,45%) y los hogares multinucleares (1,31%).
Familias unipersonales
Las personas que viven solas son sobre todo jóvenes de entre 20 y 34 años (16,1%) y mayores de 65 (43,8%). Como explica la socióloga Inés Alberdi, “esta tendencia es habitual en las grandes ciudades y se viene dando desde hace años tanto por el comportamiento de la gente joven, que retrasa el momento de establecerse en pareja o contraer matrimonio, como por el aumento de la esperanza de vida, que hace que los mayores vivan solos tras la pérdida de otros familiares “.
Además, entre los mayores de 65 años hay una mayoría de mujeres que residen solas, ya que viven más años que los hombres. Un estudio de la agencia estadística europea Eurostat corroboraba en octubre estos datos: el 41% de las europeas y el 25,5% de las españolas mayores de 65 años residen sin ningún tipo de compañía.
¿Por qué vivir solo?
Frente a estas situaciones forzadas por las circunstancias, existen también mujeres que deciden vivir solas como opción personal. “Entre las personas de mi generación se ve como algo completamente natural”, asegura Sandra, una mujer 39 años que trabaja en el sector sanitario. Se independizó a los 23 y desde entonces ha vivido sola o con pareja, aunque ahora lo hace con su hijo de seis años, “mi mejor compañero de piso”.
Blanca y Miriam son dos amigas que también viven solas. La primera, maestra de 44 años, valora la tranquilidad de su casa. “Cada vez somos más los que vivimos solos; nuestra prioridad no es tener una pareja, tenemos otras metas”. Reconoce que puede haber momentos de la soledad, “pero depende de las relaciones que tengas con tu familia y amigos”.
Miriam, de 37 años, trabaja en una ONG por la igualdad de género y considera que esta tendencia puede deberse al “momento individualista que estamos viviendo, la convivencia es complicada”. Destaca la comodidad de “organizarse sin tener que consensuar con nadie”, aunque admite que es complicado “pagar un alquiler en una ciudad como Madrid.”
Irse a vivir con la pareja y terminar viviendo solo
Nacho Fernández es una de las más de 400.000 personas que viven solas en un hogar en Madrid.
Este educador especial de 26 años vivía con sus padres hasta 2008, cuando, buscando independencia, se fue a compartir piso con su pareja en la capital, en Villaverde.
Tras un año y medio conviviendo, se rompió la relación y pasó a engordar en las estadísticas la lista de familias unipersonales.
“Llevo viviendo solo un año y cinco meses porque ya no quiero volver con mis padres”, reconoce Fernández. “Me he acostumbrado a hacer lo que me apetece, salir y entrar sin dar explicaciones” añade.
Aunque Fernández reconoce que hay momentos en que se siente solo, en general está cómodo así. Y aclara que “es difícil encontrar a alguien con quien compartir piso y congeniar en estilos de vida”.
“Lo mejor es la libertad. Lo peor, mantener la casa solo, los gastos y la limpieza”. Y que los productos, sobre todo la comida “están pensados para familias, así que los alimentos se estropean o caducan” se lamenta.
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