Felipe Zapico ‘apadrina’ la muestra sobre ‘La historia del Club Taurino’

Fulgencio Fernández León
Aquí, en esta exposición, está el testamento taurino mío y del León taurino en los últimos sesenta años”. Así de claro y contundente se muestra el siempre torero Felipe Zapico, presidente del Club Taurino de León y ‘alma mater’ de la exposición sobre la historia del Club Taurino de León que permanece abierta hasta el día 29 de este mes en el Centro Cultural de Caja España.
Zapico explica que, pese al título de la muestra, la ha montado con una visión mucho más amplia. “En realidad son los 30 años del Club, las tertulias que yo organizaba antes y los documentos recogidos para escribir mi biografía. Se podría decir que abarca desde que en 1948 me escapé de casa para ser torero hasta nuestros días, que aún sigo en la brecha”. Un largo recorrido, por lo que el torero leonés cree que la definición más exacta sería la de “testamento taurino de León”.
Pese a que reconoce que su figura podría considerarse el eje central de la exposición hay algunos nombres que cree que hay que citar y lo hace con admiración del abogado Adolfo Hermida. “Él fue quien tuvo la idea de crear el Club Taurino, quien lo impulsó y lo puso en marcha”.
El presidente del Club se muestra convencido de que si él es quien más aparece se debe simplemente a que él ha sido durante muchos años un referente claro en el mundillo taurino leonés, “y además siempre he dado la cara, jamás me he escondido. Yo denuncié al Ayuntamiento cuando así lo creí por el famoso veto, me enfrenté al llamado Pacto Cívico cuando se hablaba de tirar la plaza y ahí están los frutos, León tiene una plaza preciosa y podíamos habernos quedado con un montón de escombros. Eso no quiere decir que yo olvide a nadie, algunos de los que dicen que son mis enemigos salen en más fotografías que yo”.
Y sobre estos enfrentamientos dentro del mundillo taurino es contundente: “Yo no tengo enemigos, yo no quiero enemigos, pero quien quiera serlo, allá él. Yo en la presentación hablé de Román Balbuena, porque soy un paisano y eso es lo que hacen los hombres. Por eso me han puesto un busto en la plaza, en vida, porque la gente me quiere, me para en la calle”.