Antonio Asensio Mosbah ante el ‘Especial 2.000’ de interviú
En la primera semana del mes de julio de 1995, hace ahora diecinueve años y casi cuatro meses, la revista interviú alcanzó sus primeros mil números. En esa ocasión, mi padre, Antonio Asensio Pizarro, fundador de Grupo Zeta, escribía de forma profética y con la clarividencia que siempre le caracterizó: “Mientras haya corrupciones que denunciar, escándalos que sacar a la luz, opiniones a las que dar cobijo y altavoz y señoras (y señores) que quiten el hipo, será imprescindible seguir consultando Interviú cada semana. Al menos durante mil números más”.
Hemos llegado a esa mágica cifra de los dos mil números y la revista interviú sigue siendo más necesaria que nunca. El país está fatigado, con la credibilidad de las instituciones por los suelos como consecuencia de su distanciamiento de los problemas reales de los ciudadanos, con la explosión de escándalos de corrupción que indignan aún más a la buena gente que cumple con sus obligaciones y con unos partidos políticos que requieren cirugía de hierro para revitalizar nuestro sistema democrático.
Nos jugamos mucho y por eso es preciso que los medios de comunicación, entre ellos nuestra querida revista interviú, nacida en 1976, cumplan a rajatabla su papel en la sociedad de contrapoder y de feroces perros guardianes de la democracia.
interviú, revista veterana y prestigiosa donde las haya, no ha abdicado nunca de su misión. Su reconocimiento, con cerca de un millón de lectores semanales, es obra de todos aquellos que han trabajado y trabajan en su organización periodística, comercial y administrativa, así como de los anunciantes que confían en su trayectoria y relevancia.
Y ahí va a seguir interviú, siendo el azote periodístico de los corruptos y de gente de igual ralea, amparo de los ciudadanos que se sientan indefensos ante un poder injusto, sordo y despectivo, y, como no, escenario respetuoso y entretenido, como decía mi padre, de señoras y señores que quitan el hipo.
Son momentos convulsos e inciertos en lo político, en lo económico y en lo social. La prensa, a causa de la larga crisis económica y la revolución tecnológica, también pasa por momentos delicados y titubeantes, pero les aseguro que interviú seguirá estando a la altura de las circunstancias, siendo fiel a sus principios y valores y adaptándose a las exigencias de los nuevos tiempos. Y ahora, a por otro aniversario milenario.
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