ALBERTO REVESADO OBTIENE UN APENDICE Iker Cobo y Francisco Javier salen en hombros en el coso de Vitigudino
Se lidiaron seis utreros de la ganadería de Pedro Martinez, Pedrés , bien presentados, con muchos kilos y algunos serios de cara, de buen juego en general aunque justos de fuerza. El mejor, el que saltó al ruedo en tercer lugar.
IKER COBO: una oreja y una oreja, con salida en hombros.
FRANCISCO JAVIER: una oreja y una oreja.
ALBERTO REVESADO: una oreja y ovación.
En cuadrillas: Martín Blanco saludó tras banderillear al tercero de la tarde.
Media plaza.
Poca historia tuvo la novillada con picadores celebrada ayer en Vitigudino, y a punto estuvo de tener menos aún si continúa lloviendo un poco más. Pese al abultado marcador de orejas cortadas, prácticamente a una por novillo a excepción del último, el lucimiento no fue para tanto, pecando la presidencia y el público de afán triunfalista, sacando a Iker Cobo y Francisco Javier en hombros y casi a Revesado, de no haber fallado tanto con la espada.
La novillada fue de gran presencia y algunos de los utreros tuvieron trapío de toros en toda regla, dando, además, muchas facilidades en la muleta, que no siempre fueron aprovechadas por los novilleros, aunque con el lunar de la falta de fuerzas en algunos ejemplares.
Lo más destacado de la tarde fue la actuación en conjunto de Iker Cobo, un muchacho de ascendencia vasca, pero que se vino a Salamanca para hacerse torero en la Escuela Taurina, que torea muy poco, pero que ayer mostró cualidades muy a tener en cuenta.
CON OFICIO Sorprendió por su oficio y seguridad en la cara de los novillos y, sobre todo, por lo despacio que torea. Cierto es que su primero tuvo poca fuerza y embestía también despacio, pero supo templarlo y llevarlo sin tirones en una faena con más fondo que lucimiento estético.
En su segundo estuvo más técnico ante un animal aún más flojo y protestado, demostrando de nuevo valor y fondo. Como en ambos anduvo certero con los aceros tirándose muy derecho y cortó una oreja en cada uno.
Francisco Javier recibió entonado a su primero, que se vencía por el pitón izquierdo en los lances de salida y después en el tercio de banderillas. En la muleta acusó menos este defecto, si bien la faena la basó por el pitón derecho, de donde salieron los mejores momentos al final de la faena cuando mejor se acopló al animal. Unos ayudados por alto y algunos pases de pecho enroscándose al novillo fueron de lo mejor de su labor.
El quinto fue el novillo más flojo de todos, derrumbándose varias veces en la arena, lo que enfadó al público y restó méritos a una labor de muleta que no llegó a los tendidos pese a la voluntad del diestro. Unas ceńidas manoletinas finales previas a un pinchazo y una estocada remataron la faena. Oreja.
El novillero local Alberto Revesado se encontró en el primero de su lote con el novillo más encastado del festejo, con mucha movilidad pese a ser bastante castigado en varas. Comenzó entonado con él en alguna verónica de salida y una media y después con la muleta en un par de series con la derecha, pero conforme la faena avanzaba se vio a veces sorprendido y le enganchaba demasiado la muleta, con lo que no terminó de alcanzar vuelo el trasteo ni él de apostar. Pinchó dos veces antes de una estocada entera y le cortó una generosa oreja.
En su segundo novillo sólo recibió una ovación tras otros dos pinchazos previos tras una faena que brindó a su público, pero en la que no acabó de conectar con él, con detalles demasiado aislados, después de haber sufrido dos sustos con el capote tras el recibo y al llevarlo al caballo, afortunadamente ambos sin consecuencias.
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