Actualidad La raza y la casta de los toreros salmantinos
Los toreros están hechos de una masa especial. Aunque pueda sonar a tópico, nada más cercano a la realidad. Eduardo Gallo sufrió el pasado domingo un percance que, aunque los médicos calificaron con pronóstico reservado, le abrió la cabeza y le causó lesiones en el escroto. En la mańana de ayer, el diestro charlaba como si no hubiera pasado nada.
Lo mejor es que, cuando entró en la enfermería, ya pensaba en salir a matar el segundo y, si no llega a ser porque se marea, allí hubiera estado, rivalizando con El Capea en el ruedo, que es donde disfrutan de verdad. Ahora ya piensa en la reaparición que, si todo va como tiene pensado, será el próximo día 10. Después le espera una de las citas más importantes de la temporada, la que tendrá los días 15 y 18 con sus paisanos, en la plaza de La Glorieta, en la que tantas veces presenció festejos desde el tendido.
Ahora la torna ha cambiado. Esta vez será él quien aparezca vestido de luces en el dorado albero de la plaza de Salamanca y el resto quienes disfruten con el arte que Eduardo Gallo derrocha con su capote y su muleta, que le ha abierto muchas e importantes puertas.
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