A por el voto mutante
Parece ser una acuñación hija de la estrechez electoral que ahora vive el PSOE. Ni en los noventa, cuando Felipe González sufrió su mayor desgaste a causa del GAL los escándalos de corrupción, ni en 2004, cuando Rajoy perdió las elecciones para su sorpresa, se habló de voto mutante. Ahora el adjetivo se puede oír en boca de un diputado socialista, de miembros del Gobierno o dirigentes y técnicos del PP. Se refieren a una bolsa de ciudadanos definida cada vez más nítidamente por los barómetros del CIS a comienzos del año. Son entre 900.000 y 1.200.000 españoles que en 2008 y 2004 dieron su voto al PSOE y que, por efecto de la crisis, ahora expresan que votarían al PP. Esta bolsa electoral es clave: para el PP supone obtener o no mayoría absoluta; para el PSOE, la diferencia entre la derrota y la debacle. Y para IU, una bombona de oxígeno.
“Nosotros lo llamamos más bien ‘voto infiel’”, dice José Pablo Ferrándiz, director general de Metroscopia, donde diferencian el votante infiel del desmovilizado: el primero sabe ya que votará a un partido distinto al que fue el suyo en ocasiones anteriores; el segundo duda si irá a votar y, si va, no sabe bien aún a quién elegirá. Un 10 por ciento de los 11.064.511 españoles que eligieron PSOE en 2008 cambiará su voto, según la previsión que hacen fuentes socialistas y populares. Para Ferrándiz, si las cosas siguen como hoy, esa previsión se queda corta: el 10 por ciento sería el suelo, pero “podría ascender al 20. Probablemente nos tendríamos que remontar a la época en que Almunia fue candidato socialista para encontrar un voto infiel tan numeroso”.
A Carlos Clavero, director general del Instituto DYM, sus encuestas le dicen que el voto mutante del PSOE al PP “sería un 6 por ciento, pero hay que fijarse en el ratio de retención”. Ese ratio, que mide la capacidad de un partido de fijar su voto, “es de un 43 por ciento en el caso del PSOE, un ratio bajo. En el PP ahora sucede lo contrario: su retención de voto va del 84 al 85 por ciento. Este es un momento de confusión entre quienes votaron al PSOE. Un 20 por ciento no manifiesta aún preferencia, y eso es mucho”.
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